31.3.06

reverso convexo

yo te amé
me vendí a mí mismo como esclavo
vos me compraste y jalaste mis hilos
con fuerza y con crueldad

mientras te era útil
te dejabas querer
cuando no
me tirabas a un rincón
y me prendías fuego

yo persistí
jugué con tu reglas
ésas que prohibían cualquier victoria
y desesperé
y sangré por vos
la ama
la dueña
no pocas veces quisiste arrebatarme mi futuro
(y de alguna manera lo has logrado)

pero el tiempo pasó
me di cuenta que las cosas no tenían que ser así
y me levanté contra vos
aprendí a decir no
en mí encontré fuerzas que ignoraba
reclamé lo que era mío
y dejé de ser tu siervo para ser tu igual

pronto me cansé de tus hábitos de víctima
decidí que lo que había sido no sería más
y ahí fue cuando empezaste a amarme
cuando las olas de tu coraje chocaron
contra el risco de mi encontrada voluntad
y vos
que no te doblabas ante nadie
llegaste a rogarme por un beso

el eco de mi no
sigue resonando hondo desde aquel tiempo lejano
rebotando sin parar
en paredes que nunca te han visto

30.3.06

el mendigo malagradecido

yo le ofrecí
esa parte de mí
que me he guardado
ésa que no trata con palabras
ni lidia con sueños
ahí donde no llegan
el tiempo
el gozo
o la miseria

le dije
déjame beber la sangre de tu boca
tu boca ensangrentada
en un largo beso
déjame beber tu sangre
y todo el veneno de tu dolor

y yo la besé
pero cuando mordí sus labios
mi mente se arremolinó
mis pies tropezaron
y pude sentir mi caída
a través de las ramas enredadas bajo sus pies
y vi las caras blancas y muertas
dándome la bienvenida al pozo


Primer párrafo: Borges, dedicatoria de la Historia universal de la infamia.
Segundo párrafo: Moi.
Tercer párrafo: Dante Gabriel Rossetti, The orchard pit; epígrafe puesto por Cortázar en Circe.

29.3.06

defensa escandinava

esta es una de esas noches
en las que no puedo evitar acordarme
de vos y tu boca y los besos que me dabas
noches en que los daños se diluyen
y sólo quedan todas las agonías del anhelo

si bien te he llorado
de manera ortodoxa
así es como te he llorado más
cada poema un llanto
cada palabra una lágrima
desde la sangre negra del corazón

mientras ensamblo partidas
ya jugadas por muertos
buscando afinar herrumbradas cualidades
he encontrado más bien tu recuerdo
y pienso
quién nos jugó
viejo amor mío
como a estas deleznables piezas
en esa amarga partida
de todos nuestros blancos días
y negras noches

elegía

vos siempre pudiste
acercar tu boca a mis ojos
y beberme largamente todas las lágrimas

28.3.06

dándole al saco

le doy hasta cansarme
o hasta que el dolor se vuelve insoportable

en este mundo
se me han negado demasiadas cosas
y eso lo vuelve a uno
algo que no es humano
algo más
y menos
que un hombre
y aunque siempre me han dicho no
y simpre lo harán
yo nunca lo haré
nunca me negaré al dolor
aunque se vuelva insoportable

27.3.06

yo tengo la llave

ahí está
mi llave de metal frío
y compuestos químicos
acostada en una gaveta
que sé bien donde está

esa llave
me abrirá la reja que me contiene aquí
donde todo lo ofrecen
y nada me han dado
donde he padecido
porque sí
estrellado en una muralla de rostros y muecas

a veces
la saco
la emboco en la cerradura
pretendo que ya me voy
y no puedo evitar sentirme contento
pero siempre la guardo
no sé por qué
y sigo esperando ese día
en que ya no esperaré más

24.3.06

ajedrez

no se sienta así
amigo
yo conozco mis alcances
y esto que usted ha visto
aunque vergonzoso
es la peor parte de mí
o al menos
la peor parte de mí que dejo que otros vean

es la misma vara

22.3.06

golem

qué pasará
cuando lo único hermoso en mí
se extinga

para los demás
nada tengo que ofrecer
mis cualidades son para mí
soy un mundo en sí mismo
y lo que hay de hermoso en mí
no ha sido más que otro muro
que me encierra y que me aleja

mas eso ha de caducar
entonces no tendré nada que los demás aprecien
cuando llegue ese día me he de encontrar
viejo
solo
y miserable

de otra manera no podría ser
porque así me han hecho

20.3.06

El hijo de la noche

Así que al bueno de François le da lástima mi vida. No es la primera vez que me lo dicen (ver comentarios del Ojo del Cielo.) Se puso en mi lugar y le dio lástima, la sintió por mí. Yo también me tengo lástima, pero es un sentimiento que me produce la humanidad entera, incluyéndome. Yo no envidio la vida de nadie, yo no envidio mi vida.

El día, hasta entrar a bretear, había sido todo lo bueno que puede ser un día de espera frustrada por hacer algo que se tiene que hacer, de lo que se quiere salir y no se puede por el momento. Me recordé como a las diez, extrañamente temprano, pero como sabía que era un gesto inútil, estuve acostado hasta la una. Volví a soñar con que llegaba tarde al trabajo, sueño que me produce una inusitada angustia. Me bañé con pereza, como cumpliendo un rito sublime. Vi el primer tiempo de un partido mientras me medio mudaba y salí rumbo al brete. Llegué a tiempo, todo tranquilo, un cliente me ha puesto un reclamo. No es una agradable bienvenida, voy y reviso, el que me atiende es el vocalista de Gandhi, al que he visto tocar en concierto y la escena no deja de tener un tono irreal, como el de un sueño armado con elementos de un día heterogéneo. Tomo asiento junta a la risueña Luna. Después de un rato de charla, voy adonde Joseph, tenemos varios asuntos que discutir. François llegó seis horas tarde, está algo alicaído. En clave para despistar a nuestros ocupados y cercanos superiores, aclaramos que necesito conectarme con el tipo que vende la media onza de jamaica a once rojos, que me consiga más ketamina y que necesito que me consiga el plan de estudio de Historia del Arte. Está algo angustiado por quedarse sin brete. Es un carajillo, lo tranquilizo hablándole del par de contactos en el otro lado. Delante de nosotros está el Profeta, siendo acicalado por su querendengue. Lo llamo al rato y le pido que salve con un tucán, para pagar el dictamen médico del día siguiente. Accede, pero demanda una complicada maniobra para devolverle la plata mañana mismo. Como si no tuviera cosas que hacer.

Horas después, reto a la risueña Luna a una partida de ajedrez, no sé por qué, siendo mi certidumbre que no sepa. Pero accede y acomodamos las piezas. Antes me preguntó si yo era escritor, al verme revisar uno de mis textos en público. Lo negué, y no era siquiera de madrugada; ya he tenido suficientes problemas revelando mis escritos a mujeres. Inició la partida, ella con las blancas. Me abrió con el peón del caballo de dama; calladamente y a pesar de sus protestas, guardé las piezas. Sacamos el dominó, sorpresivamente, la tandié. Jugamos un buen rato, para ser dos personas que no quieren nada con nadie, nos llevamos muy bien. El día se va sin pena ni gloria. Joseph, el Profeta y yo vamos a dejar la risueña Luna a la parada. Resulta que François se quiere ir caminando y no tarda en esgrimir una excelente razón: quiere matar una tocola. Pienso en ofrecerle al Profeta, pero me advierto que eso va en contra de mis postulados (nunca ofrecer alguna sustancia no bien vista a alguien que no sé si consume. Pero si ellos lo piden, es otra historia.) Pero el François no tiene tales escrúpulos y ante la petición del Profeta de pasarle la tocola, le pregunta si es que él fuma. El Profeta lo niega y yo pienso que está desperdiciando la cara. No fuma. ve vos. Me acuerdo de su novia y creo oler la humeante pila de problemas venideros. En fin. Al poco rato se despide y no lo culpo, ya anduve antes por esa tierra de la abstinencia. La tocola resulta ser medio puro y aleluya. Hablamos algo del trabajo, luego pasamos a cosas importantes:

—Mae, usted se la tira sabroso.— le digo.

—¿Por qué?—

—Diay, mae, usted es un mocoso, tiene un buen brete, estudia artes gráficas y se pega la fiesta.— respondo.

Me contesta que mi vida es equivalente, le aclaro que mi punto es que a mí me hubiera gustado estar haciendo lo que hago desde antes, desde los cinco años perdidos de mi vida. Me interroga al respecto y le elaboro:

—Fue un hueco. Así lo expongo: fueron años en los que me fui en un viaje dentro de mí mismo y todos mis miedos. No puedo decir que fueron perdidos porque no dejé de aprender un pichazo sobre la existencia, pero me hubiera gustado hacer más cosas.—

—A veces esas cosas le pasan a uno por el karma. ¿Usted no cree en el destino?—

Gancho al hígado. Pero yo ando armado y soy peligroso como un ataque de caspa:

—No. Creo en el libre albedrío. Nuestro destino es el pasado, nuestros actos en el pasado establecen las bases de nuestro futuro. Creo en hechos, creo en las probabilidades.—

—Pero hay cosas que no se pueden evitar.— me dice.

—Correcto. Enfermedades, accidentes. Pero hay cosas que sí se pueden evitar. Yo evito complicarme la vida, pensando en el futuro, evito hacerme zancadillas a mí mismo.—

—Uno puede estudiar mucho y ser un buen profesional y la empresa de uno puede quebrar y todo irse a la mierda. ¿Cómo se evita eso?—

—A lo que yo me refiero son cosas así: para no padecer SIDA, me forro. Es extremo, pero vea este otro. Para no tener que sufrir una tipa loca, ya no me meto con tipas locas. Si uno no quiere quejarse de que es pobre cuando viejo, uno realiza lo necesario para evitar seguir siendo pobre.— le digo, no sin dejar de pensar en mi notoria infidelidad a tales mandamientos, pero una cosa es creer algo y otra practicarlo.

—¿Y que pasa cuando sucede lo improbable?—

—Se enfrenta de la mejor manera; uno tiene que estar listo para cualquier eventualidad. Es probable que a uno le sucedan cosas improbables.— contesto. Hoy ando volando filosóficamente.

—Quiere decir que incluso lo improbable se puede llegar a considerar entre las probabilidades.—

—En general, sí; no de manera específica: no sé exactamente que será lo improbable que me pase, pero algo improbable me pasará.—

François se veía incómodo. Enfrentar una noción de mundo opuesta a la nuestra siempre es incómodo.

—Entonces, ¿usted no cree vidas pasadas, en dios, en cosas así?— me responde, visiblemente sorprendido de mala manera, contrariado.

—No. Creo en lo que veo, en lo que experimento y es probable. No hay dios, no hay nada después de la muerte. La vida es absurda y carece de sentido: todo no es permitido, nadie nos juzgará después de la muerte. Ya lo dijo Unamuno, no sé si citando a alguien: La conciencia es un relámpago que sucede entre dos eternidades de tinieblas.—

—Mae, eso no tiene sentido.—

—El universo carece de sentido.— sentencio.

Lo veo alzar la cabeza, como si estuviera muy cansado, parece sentirse mal. Le pregunto que le pasa.

—Es que me puse en su lugar y sentí lástima.—

Planchetazo. Sí, François, merecemos lástima viviendo. Ya que sufrimos la existencia, la padecemos, el único ideal es tratar de pasarla bien y no joder a los demás, así no nos joden. Por eso no me mato, no me tiro a una cuneta a quemarme el estómago con alcohol de noventa. La base de esta filosofía es la desesperación. Pero uno la enfrenta y enfrenta el absurdo y así se vive. Yo lo hago, todos los días, tratando de alcanzar la única inmortalidad accesible a un humano, que como todas las inmortalidades, al fin cabo son inútiles para uno.

Nos habíamos separado hace poco. Me monté en el bus, no el mío, pues el último ya había salido, sino en el que me deja un toque más largo. Pago, el chofer es un viejo de lustroso y falso cabello negro que tiene que acercar la moneda a sus ojos. Éste es el abuelo de alguien, podría ser mi abuelo, pienso, no sin lástima. Claro que me tengo lástima. A mí y al resto de la humanidad, la veo tan unánime como la muerte. Me voy a sentar casi al final, sin dejar de observar al par de chavalas en medio del bus: una no vale la pena, la otra es bonita aunque de una manera vulgar. Me siento, atrás mío toman posición un trío de rocos que claramente vienen de una cantina luego del trabajo. Todos los seres humano necesitamos drogas, necesitamos algo que nos saque de nosotros mismos y nos haga ver de manera distinta, nos haga sentir diferentes. Estoy high, bien high como hace rato no lo estoy. El bus zarpa, es un torpedo de plástico imitación de vidrio y lata vieja que atraviesa un mar de aceite. Una de las chavalas tiene su brazo sobre los hombros de la otra. Observo con detenimiento sus gestos. Son amantes. En un tiro, una baja la mano y acaricia a la otra en un costado descubierto, le coloca los dedos sobre la piel como sólo un amante lo hace. Una ola de deseo me pringa, me empapa por unos segundos. A mi lado, uno de los rocos, claramente un chichero con doña que le cepilla los zapatos, inicia un perorata en voz alta que no se detendrá por el resto del viaje. Revisa los acontecimientos de la noche, la cadena de sucesos en la cantina, el número y clase de tragos que se tomó él y los que lo acompañaban; no deja de maldecir sonoramente al cantinero, que lo echó y no lo dejó seguir tomando. Lo vuelvo a ver: es un tipejo esmirriado, de dientes saltones. Siento ganas de levantarme y golpearlo en la cara, hasta hacerlo escupir los dientes. Nos tengo lástima, François, a la humanidad. Una de las chavalas se baja, se besan con disimulo; las lesbianas no pueden dejar de besarse, pero la tienen más fácil que los playos. Termina mi viaje, me bajo en la iglesia evangélica. Camino, respiro la noche, la llevo como sombra y me topo con sus hijos: el cuidacarros que dormita y que despierto al pasar, los clientes del restaurante chino que veo por las ventanas (¡qué bueno un cantonés!) ese tipo que va en moto a estas horas y que resulta ser mi compañero de casa. Me declara que no hay nada que comer en la casa, lo reconvengo y me monto en la moto para ir a la casa. ¡Qué loquera de viaje, el pelo libre a las correntadas de aire frío, la cara helada! He de comprarme una moto, definitivamente. Llegamos a casa, encuentro el arroz y la ensalada que dejé hechos, tortas de pollo, un huevo, cebollas, hongos, papas, sopas. Yo podría armar un banquete de tres platos con todo eso. Se ve que este muchacho nunca ha pasado necesidades. Comemos, veo noticias, me vengo al cuarto a mandarme la tocola que me regaló François y a escribir, escribir, escribir.

19.3.06

teorética poética

lo que yo busco
lo que yo hago
es intentar objetos simples
como un anillo
urdiendo palabras en frases que me satisfagan

como todo objeto simple
es más fácil mostrarlo que explicarlo

espécimen #51

soy la pieza que no hace falta
la pieza que siempre sobra
yo nunca encajo
siempre he sido y seré
el niño extraño en el rincón
al que todos evitan
y nadie quiere
y nadie toca

soy la pieza que rueda extraviada
y no es buscada
persigo voces y roces
siempre he sido y seré
el niño que caza mariposas
con una red rota

veo como hay gente
que tiene lo que yo no
son buscados
y son varios
gente vil
dañina
y egoísta
a la que no le soy inferior
pero tienen lo que yo no

esto sólo puede significar una cosa
yo soy algo peor

ketamina

mi cuerpo ya no me pertenece
mi boca sabe a fertilizante
pero yo me tomo en mis manos
me domo
arigato
y me uso como lápiz

escribo esto para demostrar
que sigo siendo yo
y que sigo teniendo hambre

en todos los finales

invariablemente
están la enfermedad
la locura y la degradación
y este amor terminará

he fatigado los caminos
y todos tienen tu nombre
tu boca
es un tajo en la tierra
de ahí salís vos
y yo te he bebido
yo soy el que soy
y vos sos la que sos
nuestro amor es grande
y salvaje
pero todo tiene un final
y todos los finales son tristes

Asceta

Proveniente del latín ascēta, que derivó del griego σκητής, quiere decir profesional o atleta. En su derivación final hace referencia a la persona que dedica su vida a la superación espiritual y que supone el abandono de las pertenencias sociales y el distanciamiento con el prójimo.

Los ascetas son personas que llevan una vida de renuncia a las cosas materiales, dominio de las pasiones y mortificación, con el fin de llegar a la perfección moral.

(Tomado de Wikipedia. Es bastanta acertado, exceptuando lo de la perfección moral, que no me interesa.)

por qué dejé de quererte

porque me cansé de estar cansado
de tener la culpa
de siempre equivocarme
y de cargar invariablemente con tu dolor

te dejé de querer
porque me di cuenta
de que hay cosas que son imperdonables
cosas que perpetraste contra mí
cierto que no soy tan generoso o paciente
pero tampoco soy tan indulgente

te he dejado de querer
amor
brindo por vos
rompo el vaso
y mastico las astillas

viva yo

antes me llamaba generoso
pero cambié

ahora me llamo clodoveo

reflejo

la presión
de unos labios estrellados en los míos
beber de una boca a grandes tragos
y la gravedad
jalando una carne sobre mí
a través de mi carne

retarme a duelo
y vencerme
con la pulpa seca de árboles
y un alfiler sacado de la piedra
abrazado de tibia madera
vivir más de lo que vivo
y morir muchas veces

esas cosas son
acaso
el poema

antes del fondo

hay un momento
justo antes de la muerte mía de todos los días
un instante
antes de hundirme en el agua oscura
en que yo me soy más mío
y llego a estar más allá
en ese lugar donde nada ni nadie puede tocarme
y yo dejo de ser
y me olvido

he ganado

esta noche
descarto el dormir
por demasiado fácil
mucho me tienta
la gravedad tirando de mi carne
y mi carne dejando hacer
pero esta noche no duermo
enfrento el vacío que tengo frente a los ojos y manos
y que refleja mi propio vacío

no dormiré
por más que caiga en mis ojos
la arena de los relojes de arena
mañana me esperan odiosas labores
y el sueño sería bueno
pero este vacío deber ser enfrentado
y vencido
mañana seré cansado y ojeroso
pero tengo que hacer lo que soy ahora

ya descansaré cuando cese este relámpago que soy
relámpago entre dos eternidades de tinieblas

nunca amor nunca

higos maduros
higos casi pasados
y tan dulces
tus labios

busco tu corazón
tu independencia
en las piedras del carbón regado por el piso
busco tu corazón durmiente
tus revoluciones celestes
que brillan entre el carbón

vemos sin ver
como sombras a través del sueño
pero llegará un día
en que veremos cara a cara
conoceremos como somos conocidos
y esto que apenas nos vela
pero que nos separa
ya no estará
no perseguiremos nuestras siluetas con las manos
y nuestras manos podrán encontrarse
y nuestras bocas

nuestro amor
tan cegador y tan nuestro
era todo lo que teníamos
y ya no sos mía
ya no me amás
nuestro amor es ahora algo del futuro
siempre ha sido del futuro

nunca
amor
nunca
y siempre

el dragón y la princesa

con la noche como sombra
camino

he de liberar a la princesa
mi princesa
he de matar al dragón
y no habrá más dolor

rompo mis armas
doy y recibo hondas heridas
ahogo una respiración
(una sola)
en un charco que no es de agua

a la luz de la luna
la sangre se ve negra
con la noche como sombra
camino
libre del dolor
y manchado de sangre
del dragón
de la princesa
de mi princesa dragón

espécimen #7

soy un molusco
o un monstruo
y he vivido esperando

soy un espectador en una gradería vacía
un testigo mudo
de alguna manera parezco no merecer
lo que los demás tienen

soy un molusco
o un monstruo
he vivido esperando
un gesto de cariño de cualquiera

ya me cansé de esperar

rafa's

qué pereza
ahí venís
pedazo de cochino
venís a pedir plata

a ver
fuma piedra
no
toma alcohol de noventa
tampoco
entonces qué
estuvo veinticinco años en la chorpa
ah sí
debés estar bien abierto
no
no le cuadraba
es que usted es varón
pero al que le gustaban allá le daban
qué asco me das

a ver
brinque con esta pati
le doy quinientos
haga este toque
vio que tuanis
dele dele
(y lo intentás miserablemente)
qué
no
entonces no joda
y no hay plata

entonces
estoy muy bonito
y te ponés a tocarme el brazo
a acariciarme
muy bonito
querés que me vaya con vos
allá al charral
que me pierda
(nadie me acaricia a mí)

iré a ser tan caritativo

14.3.06

Sergio Ramírez y yo

Pudo suceder así: Llegué por casualidad y sin tanta casualidad, más bien, deliberadamente. Entré en el auditorio, esperando que se repitiera lo de la vez pasada con Vargas Llosa. Me encaminé hacia las primeras filas, me senté, lo vi a usted a un lado del escenario. Sentí el impulso de ir y hablarle, me puse ansioso. Dudé por unos minutos, pero me decidí; me levanté, fui y le estreché la mano:

Disculpe, don Sergio. Nada más quería saludarlo. Uno de los primeros cuentos que leí fue "Charles Atlas también muere." Respeto mucho su pluma y su pensamiento. Nada más quería saludarlo.

Usted me respondió con amables pero distantes palabras que no logro definir. Quién sabe cuántos años de halagos y agradecimientos habrá tenido que sobrellevar. Miró a los lejos, me sorprendieron sus bifocales. Le estreché la mano de nuevo y fui a sentarme, a escucharlo hablar.

Pero no fue así. Fui a buscarlo a ese auditorio, con toda intención. Apenas lo vi, fui hacia donde usted y le di la mano. Y sólo le dije:

Dentro de poco, oirá hablar de mí.

Su rostro se expandió en una sonrisa, y me respondió:

Estaré esperando.

Así pasó, así lo contaré. Ya lo recordará.

13.3.06

Pequeñas sorpresas agradables

1) Encontrar plata en un jacket que hace tiempo no uso.

2) Despertarme temprano y darme cuenta de que no tengo que ir a trabajar.

3) Encontrar un puño de mota que no recordaba tener. (Acto seguido me arrodillé y le agradecí al dios Bob.)

el hombre que vuelve de sepulcros vacíos

oídme mujeres
aquél a quién buscáis
ya no está aquí

se ha ido
se ha ido
lo volveremos a ver
lo volveremos a ver

no

12.3.06

Supe que era poeta...

... cuando empecé a plagiarme a mí mismo.

11.3.06

canción para los que viajan en bus

quiero tu olvido
feroz y reluciente
te dije alguna vez

hoy te vuelvo distancia
un ruego inútil
tantas veces he pintado
este reencuentro
ansia de reencuentro
como una necesidad
adivinándote en rostros que no te alcanzan
presintiéndote en las esquinas
evitando sin evitar
esos lugares probables

hoy te devuelvo
te reciclo
dispongo de vos
de manera apropiada

será que requerimos
(requiero)
de otro punto final
de un par de manazos
sesudos discursos
rebanarte la garganta
o caer de hinojos
besarte la palma de la mano
como una promesa más de muerte

recuerdo ceniza
recuerdo hiel
recuerdo recordar
recuerdo no acordarme
nuestros principios
nuestros finales
mi teoría de finales
ese maná de irracionalidad
creo haber terminado con vos
podré olvidarte
más nunca perdonarte
quizá ésa es la clave
uno siempre puede volver la vista atrás

quiero tu olvido
feroz y reluciente

plegaria exclusiva para noelia, digo, diana

qué bueno un poco de sexo
qué bueno un poco de sangre
en esta ciudad
en este cuarto
me veo haciéndolo de tantas formas
que una sola no me va a alcanzar
qué bueno un poco de guaro
qué bueno un poco de muerte
un poco de vida

qué bueno
mucho sudor
mucha birra
mucho sexo

ahora
ya

10.3.06

borges

viejísimo
tristísimo
pobrísimo
riquísimo

patético
profundo
casto
genial

a los cuatro vientos

bob
yo te hago mi dios
te fumo
con verdadera ceremonia
comulgo
renazco
salgo de la tierra
lo hago oficial
bob marley es mi dios
le tengo fe
como a borges
como a gandhi
como a freud

9.3.06

roots, rock, reggae

roots
hundidas en mi alma
rock
distorsión de mi alma
reggae
partitura de humo que tañe mi alma

hermano
compremos jamaica
taquiemos al viejo billy bong
traigamos el humito
fumémonos la noche
y a bob
y al flaco
dejémonos de inquietudes
volvamos por esos caminos
que tanto me extrañan
nademos en el humito y la hablada

roots
que brotan de mi alma
rock
armonía de disonancia
reggae
mi alma vuelta humo

8.3.06

eso que no debió ser

nunca he estado más solo
aunque siempre es así
multitudes me rodean
pero hoy estoy más solo

es curioso
como escogí ser lo que soy
yo sabía a que atenerme
y aún así lo quise

supuestamente somos como uno
y queremos lo mismo
pero mis errores no me son perdonados
mis equivocaciones y carencias
invariablemente traen terribles consecuencias

y ahí viene él
solo como yo
aunque él la tiene a ella
queremos lo contrario
él anhela mi perdición
ven a mí pues
dame tu mejor tiro

la gente enmudece
él ha rematado
es imposible
me estiro tanto que siento que mi brazo se me arranca
era imposible y la rechacé
mi perdición se ha alejado por ahora

ya volverá
siempre vuelve
pero yo estaré aquí
esperando
solo

7.3.06

a una cualquiera

quiero sexo
te lo digo desde esta vez
mirá
juro que te clavo al suelo
pero nada más
cero habladas
cero lloradas
no me importan
no me interesan
tus sentimientos
o pasiones políticas
quiero coger
lo digo así
para terminarla de cagar
estás avisada
no te podés morir ya
dejame y yo te mato
por las noches
por largo rato

dame sexo
o te cierro a pichazos

6.3.06

el final de la cuaresma

qué sabroso
es estar bien loco
matizado
qué buena la luz de esta vela
la voz del drogo de scott
ahorita viene bob
qué buenazo

la jaqueca ha partido
incienso y ganja
podría besar esta penumbra
y mis himnos como nunca
estoy tuanis
lo mejor es saber
que ahí no más
hay una carguita más
p'al viejo billy bong
ahí me espera
esa hierbita
nacida en tierra negra
fecundada con los dreads de bob

odumodneurtseho

(esta noche que transcribo esto ella me espera)

5.3.06

lúpulo y malta

vení
cerveza
dale sentido
a mi vacío

todo se ha terminado
nada tengo
sólo estoy yo
y mi mundo de palabras
esta noche mi cuerpo no espera lo que llaman amor
así que ven
cerveza
dame comfort y música para volar
ese abrazo tierno alrededor de mis sienes
dame calor
y sueños de malta
con doncellas hermosas
vestidas de blanco
y calzadas con sandalias

vengan
rubias oleadas heladas
revuélquenme
todo ha terminado
y nada tengo
necesito algo nuevo
pero sólo te tengo a vos
arrúllame en tus recomienzos
cerveza
esta noche mi boca sólo te bebe
y mi cuerpo no espera lo que llaman amor

4.3.06

la matada

tu imagen vino a mí
hace un rato
y tuve que castigarme
maltratarme
ahorcarme

imaginé que te besaba
en tu suave vientre
mis manos en tus caderas anchas de trofeo
después el primer beso
vino a mí
ese beso que inició en tu mejilla
y fue recorriendo lentamente
como en una marcha de victoria
la senda hasta tu boca

te necesito
necesito tu lengua y tu locura
que me arranqués el cabello y el sentido a tirones
que me cortés la cara
y me hagás recorrer todos los caminos de tu agonía

por vos
me castigo
me maltrato
me mato

quién inventó tu voz

amor
una palabra tuya calma las borrascas de mi alma
ven
camina sobre las aguas de mi alma
dime esa palabra secreta que basta para sanarme

quién inventó tu voz
amor

ven y vamos

¿estás adentro?

dime
¿estás con nosotros?
¿serás parte de esto?

la música suave
el aire puro y liviano y el humito
una caricia enciende a otra
un toque es correspondido
¡qué buen toque!
a fuerza de besos
extraviarse entre muchas bocas
perderse
perderse
desnudarse al descuido
entrar en el juego
cerrar el trato en la penumbra
en las luces delicadas

entonces
¿sos de los nuestros?
¿estás adentro?

yo estoy adentro

La confrontación huidiza

Durante toda su historia, la humanidad ha buscado dioses y demonios por doquier, sin hallarlos.

Nos hemos olvidado de buscar en un lugar: los espejos.