28.2.06

los ateos

no creo en nada
no creo en nadie

hay excepciones

creo en mí
creo en su cuerpo
creo en nosotros
creo en nosotros juntos
en la cama

no necesito creer en nada más
ni ella tampoco

jet li se confiesa

recuerdo su verdad
recuerdo sus mentiras
ella vive en un territorio
donde mentira y verdad son indistinguibles

por eso le creí
y no le creí

aún hoy
le sigo creyendo sin creerle

dogma

busco mi alma
no la encuentro
tal cosa no existe
más que en la mente humana

busco mi mente
no la encuentro
sólo hay una voz en mi cabeza
mi voz
hablando lo que nadie debe oír

busco mi pasado
no lo hallo
porque lo que ya fue no es

veo hacia el futuro
y no veo nada
lo que aún no existe no es

me concentro en el presente
pero al tratar de capturarlo
se escapa
y deja de ser

sé que cuando muera
será definitivo
y lo que soy
se perderá para siempre

quise creer en dioses
pero la verdad
dejó de importarme
si existen o no
porque nada significan para mí

creo en cosas tan falsas
como los dioses
probabilidad
lógica
causa y efecto
y no cambian nada

soy un primate
demasiado evolucionado
que para su propia desgracia
necesita cosas que no existen

27.2.06

diane

soltate el pelo
liberá esa cascada fragante
ceñítela alrededor
y vení a mí
la ropa no hace falta
apretá los dientes
e imponeme tu voluntad

soltá la jauría de los perros de mi deseo
te lamerán
te morderán
y te lo harán por detrás
como tanto te gusta

buenos perros

(Narrado por Morgan Freeman)

he contado esta historia tantas veces
ya estoy cansado de tu recuerdo
de narrar tus iniquidades
y los rostros de mi deseo
de tantas maneras
quisiera meterme las manos en el cuerpo
y segarte de mí
tumor maligno
ojalá pudiera llevar tu esencia a la boca
y escupirla
vomitarla
y luego el alivio

he de cesar
en dar vueltas alrededor del tótem de tus caras
me he lavado la evidencia que dejaste en mi cuerpo
con otros cuerpos
y con esto me lavo tu evidencia de mi alma

sentí
pero no más
significaste
y ya no
fuiste
pero ha sido suficiente

24.2.06

La vencida

Voltron Video Games. El II, a la par del Variedades. Ahí iba a hacer mis amigos. Los güilas se volvían locos con las máquinas. Yo ya estaba viejo para eso, apenas jugué futbolín y pool; lo más fue el Pacman. Pero yo iba ahí por otras razones. Llevaba tiempo yendo, era un buen lugar. Era una cuestión en que unos tenían lo que otros queríamos. Ellos, o eran curiosos, o inocentes o simplemente aprovechados cuando se despabilaban. Esos eran los recurrentes, que ya hasta precio tenían y eran preferibles a no tener nada. A veces llevaban amigos que medio sabían, ésos eran mejores. Pero lo mejor de todo eran los pollos, los que aparecían por ahí, por cualquier razón. Iban a jugar casi siempre, eran caprichosos a veces y a veces fáciles. Hubo ocasiones en que tuve que recurrir un poco a la fuerza, pero generalmente todo se resolvía con la receta mágica o una hablada suave. Obligar a alguien a hacer lo que uno quiere no tiene gracia. En cambio, sí la tiene si uno hace que el otro llegue a querer hacer lo que uno quiere. Eso sí es una victoria.

Su cara de ángel apareció de pronto. Fue y se instaló frente a la máquina de los monstruos, en la que casi nadie jugaba. Otro más pequeño estaba con él; discutieron, se dividieron plata y el pequeño se fue. La situación era evidente: el hermano mayor se había traído al hermano menor, seguramente con la excusa de ir al Variedades a ver 1492: La conquista del paraíso. El mayor lo que quería era matar fiebre, de fijo. Seguro estaba probando por primera vez la rienda paterna, lo cual quería decir que era aventurero y mal portadillo, lo cual era bueno para mí. El menor iba molesto, seguro no se animó a participar en el engaño. El cara de ángel empezó a jugar como loco, primero en la de los monstruos y luego en la de Street Faiter. Rápidamente se quedó sin plata y como tenía que esperar a su hermano, se quedó viendo jugar a otros. Yo lo observé a él durante ese tiempo. Cara de ángel, pálido, delgado, con ojos grandes como de sorpresa y labios gruesos. Me encaminé a ofrecerle plata y a buscarle conversación, pero me ganó el viejo. Viejo maldito y payaso. Era demasiado directo, demasiado repulsivo. Me acerqué a escuchar, disimuladamente. El viejo saludó y de una vez lo invitó a ir a su casa. Cara de ángel le dijo "amor y paz," le hizo la seña y se fue a ver jugar Street Faiter. El viejo lo tomó mal. Lo hubiera gozado bastante. A mí me contaron que al viejo le gustaba frotarse contra la cara de los carajillos. Viejo cochino.

Cara de ángel tenía sentido del humor y chispa. Yo no podía ser directo, tenía más bien que envolverlo en una trama. Fui y le empecé a hablar. No era maleducado. Me miraba atentamente con sus ojos de sorpresa. Su voz era todavía la de un niño. Lo tenté con emoción. Le inventé que yo trabajaba en un taller donde había un tele que quería robarme. Tenía mi plan: había que meterse por una ventana que siempre estaba abierta, pero yo no cabía. Necesitaba a alguien más delgado, o sea a él. Le propuse ir a medias, íbamos a sacar por lo menos diez rojos. Yo lo llevaba al taller y él se metía. Lo animé entre sonrisas. Él se puso muy serio y guardó silencio por un rato que se hizo eterno. Luego me habló de que tenía problemas con los tombos y me salió con un cuento de un cadenazo. "Sí, claro," pensé, "con esa cara de ángel quién le va a creer." Se rehusó y se fue al otro extremo del lugar. No era tonto. Me retiré a una esquina donde estaban los habituales. Sabía que el tiempo se me acababa y di vueltas y vueltas en mi cabeza tratando de sacar un nuevo plan. Pero fallé. Media hora después, el menor entró y él y el cara de ángel se fueron para nunca volver. Como el viejo, lo tomé mal. Y a diferencia del viejo, esa noche no tuve suerte. Unos meses después, un chapulín idiota mató a otro idiota ahí. Voltron Video Games II cerró y tuve que ir a buscar nuevos horizontes.

No hay nada como cuando a uno la vida le da una nueva oportunidad de hacer algo que se quiso hacer y no se pudo. Pasó como tres años después y fue un increíble golpe de suerte. Una mañana soleada estaba yo en el parque de Guadalupe, con otras cosas en la mente. De pronto me encontré al cara de ángel sentado en un poyo. Había crecido un poco, pero seguía siendo el mismo. Me puse los Ray Ban, pues no estaba seguro si él se había olvidado de mí. Fui hacia él con decisión, pues en situaciones así de sorpresivas en las que uno no tiene un plan, hay que ser directo. Él seguía siendo bien educado. Llegué y empecé a hablar con él causalmente, pronto me senté a su lado. Me dijo que esperaba a una compañera para ir a estudiar. Sin perder tiempo y con la excusa del calor, lo invité a unas cervezas. Él se sorprendió y se puso en guardia por un momento. Pero había algo diferente en él, algo a mi favor y con lo que yo contaba: él iba a jugar de hombre, era algo que él ya debía haber empezado a sentir. Rechazar las cervezas lo hubiera dejado como un maricón. Por supuesto que jugó de tomador, de alguien que no desperdicia cerveza gratis. De ahí nos fuimos al super. Lo medí y le calculé dos cervezas, por lo que le compré tres Imperiales. Yo arrimé otras tres. Al salir, no dejé de conversarle mientras me lo llevaba al lugar discreto más cercano, el cafetal que estaba como a setecientos metros del parque. Él no estaba tranquilo pero trataba de aparentarlo, de parecer fogueado, pero yo le olía el miedo. Nos metimos por la cerca, después de asegurarme de que nadie nos veía y nos adentramos en el cafetal. Cerca de un lecho de hojas secas había un tronco caído, ahí nos sentamos y cada uno se abrió una lata. Bebimos mientras yo seguía hablándole de cualquier cosa. Yo estaba algo ansioso y me aventuré con la fórmula. Saqué el puro y lo encendí como si fuera lo más natural del mundo. Le di un par de jalones y dejé que el humo me llenara los pulmones y me ayudara a controlar el deseo. Sin darme cuenta, él se levantó. Empezó a caminar alrededor del tronco, haciendo que buscaba algo con la mirada y yo sentí un vacío en el estómago. Me dijo con fingida (y no tan fingida) alarma:

¡Mae! ¡Qué torta! Se me cayó el guacho que me regaló mi tata. ¡Qué torta! Voy a buscarlo, suave un toque.—

El vacío dentro de mí se extendió. Demasiado chispa el hijueputa. Me quedé sentado y mirando el suelo fijamente, derrotado. Él ya estaba fuera de mi alcance.

Diay, búsquelo. Pero no se vaya.

No, no, nada que ver.

Lo sentí irse, pasar la cerca, bajar la calle y salir corriendo. No pude evitar llorar de cólera, de frustración. Una vez más me había vencido el cara de ángel. Hasta el día de hoy me pregunto si me llegó a reconocer de la vez en Voltron y si lo hizo, ¿cuándo fue que se dio cuenta? Tal vez lo supo desde el principio y me bailó a propósito para burlarse de mí. Quizá fue su cautela natural. O tal vez él no era tan listo, tal vez era yo el tonto, el precipitado. Cada vez me parecía más al viejo, al maldito viejo cochino.

Me levanté y me fui a los pocos minutos, por si acaso. Dejé las cervezas y el puro tirados en el cafetal, para alegría de algún chichero. Durante años deseé una tercera oportunidad, la vencida. Hasta que un día me di cuenta de que él ya no era un chiquillo. Ya debía estar grande, ya debía ser un hombre. Supe que mi derrota había sido total. Lo busqué en otros, inútilmente. No he vuelto a encontrar a otro con cara de ángel.

cala

cala en mí
soy un fondeadero de hondas y oscuras aguas
hondas son tus palabras
oscuro tu cabello
tus ojos son hondos y oscuros
tu alma

cala
calame los huesos
hasta la última terminación nerviosa
lo quiero todo
lo demando
(lo malo sobre todo)
empapame de noche
de gritos y de gloria

cala
mordete los labios
reventátelos
dame de beber
lo único que calmará mi sed
quedate conmigo
hundite en mí
aterriza en mi lecho arenoso
que el coral crezca en tu casco
quedémonos juntos
entre los sargazos
eso que nos une y no se rompe

cala
alguna vez un rayo de luz nos llegará allá abajo

espécimen #49

el teléfono no suena
hoy
no soy nada
no soy nadie

hay otros
que tienen otros
yo no
yo veo mi cara
ser arañada por el tiempo
y vagar perdida en los vericuetos de mi corazón desgastado

quién va a llamar
no hay nadie
ojalá hubiera alguien
busqué
encontré
pero hoy no hay nadie
el teléfono no suena

hoy no sonará

20.2.06

el sucio viaje

necesito que me matés
esta esperanza retorcida
porque esta retorcida esperanza

no fuiste
ni sos
la cura de mis males
más bien males muchos me trajiste
pero la vida
por alguna razón irracional

nunca dejaré de resentirte
tus iniquidades hacia mí
y poco podés esperar de mí
mas por tu rara bondad
que era en verdad rara
una parte de mí
siempre será tuya

es esa parte mía que es fuerte en la penumbra

me satisfago

en tu satisfacción
en el temblor de tus curvas
en tus resoplidos de vencida
en tus gritos
en mi nombre pronunciado por tus labios partidos
en tu cansancio
en tus ojos cerrados por mi mano
en la líneas de sudor recorriendo tus cicatrices y tatuajes
en tus arañazos en la pared
en las sábanas hechas un puño en tus manos
en esa sonrisa en que te mordés la lengua
y que sólo usás conmigo

también
me satisfago
cuando estallo dentro tuyo
cuando a través de vos
por un instante
llego a ver a los dioses
cara a cara
y me río con ellos

también
cuando decís

voy por una cerveza para mí y otra para vos
(porque vos a nadie servís)
y me das un breve y fuerte beso
con tu boca seca

a través del espejo

los celos
nada tienen que ver

yo tengo novia
sé muy bien
que tenés novio
es eso acaso un no

ah
qué dulce silencio el tuyo
en el que no encontrás palabras para decirme que no
ya sabés
que un corazón insensible tiene sus raíces en ojos ciegos
nadie tiene que saberlo
ni siquiera nosotros
quiero el quehacer de tu cuerpo
lo demando
sirva mi voluntad como razón

nadie tiene que saberlo
ni siquiera nosotros
es ir
hacerlo
y no volver la vista atrás
no será un secreto
porque no sucederá
sólo existirá
cuando me mirés de soslayo
y yo te dedique
una arrogante sonrisa a medias
y cómplice
y vos sonreirás
como ahora
que ya estás debajo de mí
qué lindos esos pechos
que se alzan agitados

ahora
sólo sentí

El cobarde y el castigo

Nunca he sido valiente. Más bien, siempre he sido un cobarde. Toda mi vida he padecido la plaga del miedo. Mi madre me enseñó a temer, me enseñó a no hacerle frente a lo que me lastimaba, a lo que me humillaba, a no contradecir y no decir que no quería o que no me gustaba. Me lo enseñó a golpes y aprendí bien, aprendí a vivir aterrorizado de una mujercita menuda y llena de temores. Recuerdo muy bien cómo ella me retaba a hacer algo cuando me pegaba, recuerdo que nada hacía. Me lo he tratado de justificar de mil maneras, aduciendo mi consideración a ella o mi cariño, pero fue simple miedo. Me acuerdo de cómo se asombraba mi ex-esposa de que yo me volviera de pronto tartamudo cuando mi madre me llamaba. A pesar de todo, tal cosa tenía su lógica.

Hubo gente que ayudó a que yo sea un cobarde. Tebis y Luisca, por ejemplo. Éramos vecinos, compinches de juego cuando éramos güilas. Cuando teníamos como quince años, las cosas cambiaron. A mí siempre me vieron como un debilucho. Pero empezaron a golpearme, sin ninguna razón y se divertían haciéndolo, echándome a patadas de pronto, tocándome el hombro de pronto y cuando yo volvía la cara me recetaban un artero puñetazo.

Traté de ser valiente algunas veces. En cierta ocasión, un matón de la clase me injurió y yo me le planté. Rápidamente nos arreglamos para la salida. En la pelea, sin embargo, me vi incapaz de lanzar un sólo golpe. Lo esquivé hasta que me aprisionó y me aplastó la cara a puñetazos. Otra vez, pasaba por la casa de Luisca y éste iba saliendo, de pronto me sentí extrañamente lleno de coraje y lo reté ahí mismo. Pronto me estaba sentando con sonoros golpes pero yo me alzaba de nuevo, rabioso, invencible. Pude, por fin, acostarlo y empezar a golpearlo mientras lo tenía inmovilizado, pero salió el hermano de Luisca al rescate y luego el padre de ambos y entre todos me patearon a placer y me desfiguraron el rostro y no pude ir al colegio en una semana. Mis muestras de valor se mostraron, pues, inconvenientes y no volví a cometerlas. Una vez, incluso, en medio recreo y delante de todos, un nica me retó a pelear y me escupió la cara y yo, para mi vergüenza, me retiré con el rabo entre las patas.

Crecí y me volví alto y fuerte, pero seguí siendo un miedoso. No volvieron a montárseme o a retarme a pelear, pero fue todo por mi apariencia robusta, pero si me hubieran visto el corazón me hubieran golpeado sin dudarlo. Una vez me asaltaron y me robaron el reloj sin mostrarme una arma, simplemente con amenazas. Tomé la resolución de que tal cosa no pasaría de nuevo y compré una navaja de afeitar, de las de barbero, por ser la que a mi juicio podía causar más daño. Meses después, un piedrero flaco y bajo me mostró un desatornillador y todo lo que pude hacer fue darle mi celular y mi billetera.

Todas esas cosas me han hecho capaz de guardar rencores durante décadas y a ser propenso a las explosiones de cólera en las que rompo cosas que luego lamento haber roto. Una noche en la que encaré mi miseria en medio de los vapores del guaro, juré vengarme de todos los que me golpearon. La venganza es un plato que se come mejor frío, me dije. Pero fue un juramento vacío en el que yo no hacía nada para cumplirlo. Hace unos meses, al final del año pasado, tuve una oportunidad. Estaba en Zapote con unas amistades, yendo al ritual anual de ir a tomar cervezas en vasos plásticos y comer insalubres chuzos en medio de la tremenda incomodidad del gentío. Ya había bebido lo suficiente para dejar de sentirme miserable pero también para que me urgiera ir al baño. Entré al caos de un chinamo y luego de pagar el descarado precio, me adentré en el pestilente baño. Habían un excusado y un orinal, un par de tipos acababan de usar el orinal y salieron chocando conmigo. Avancé y pasé frente al cubil del excusado, que tenía la puerta abierta. Me asomé por descuido y reconocí inmediatamente la espalda de Tebis. Adiviné su odiado rostro en la penumbra, que estaba ahora corroído por el alcoholismo. Vi la ocasión de vengarme, de tocarle el hombro y derribarlo de un puñetazo, ojalá rompiéndole la nariz. Pero no pude hacer eso. Me acerqué por detrás, le jalé el pelo levantándole la cabeza y lo degollé con mi navaja. Es una manera horrible de matar a alguien, pero es rápida y silenciosa. Le hundí la cara en la taza del inodoro y cerré la puerta tras de mí. Oriné rápidamente y salí. No lo encontrarían hasta la mañana. Me reuní de nuevo con mis amigos y seguí bebiendo, me marché al cabo de un par de horas. Al llegar a mi casa y encerrarme en mi cuarto, no pude evitar llorar de alegría.

Miro la hoja de mi navaja, aún manchada con la sangre del sacrificio, del sacrificio que oficié en mi nombre. Lo que hice no fue una venganza, pues la venganza es irracional y caprichosa. Fue un castigo. Ya no soy un cobarde. Soy algo peor.

Espécimen #45

Las mujeres no me suceden mucho. Desde hace muchos años, el número de mis seres amados se mantiene constante, siguen siendo los mismos. No hay ninguna mujer entre ellos que no comparta mi sangre. Las mujeres son sombras que se arrastran en mi vida y acontecen fugazmente y se van sin dejar rastro, devoradas por los perros del olvido; o me trazan hondos surcos de dolor antes de desvanecerse.

Tuve una hasta hace unos meses, meses que son sucesivamente muy largos o tremendamente cortos. Ella ha sido la única, puedo resumir mi historia a ella sin ser injusto con nadie. Mi mujer, la que era para mí, a veces lo creo, creo que nunca encontraré otra como ella y que mis futuros amores serán nada más que continuas derrotas. A veces no lo creo.

Hoy la busco. La busco para definirla, pero no la encuentro. La busco en mis únicas sábanas, pero ella ya no está ahí, su carne la he borrado con otras carnes y se me ha vuelto difusa. La busco en mi piel, en las marcas que me dejó, pero he mudado de piel ya y mi piel es lisa y no tiene una historia que contar. La trato de encontrar en el vacío de mis entrañas, intento estrangular su recuerdo, su recuerdo que me sorbe las fuerzas, que me clava y me crucifica en mi cama por las noches, pero no puedo. Busco la última reminiscencia física que quedó de ella, el pañuelo blanco con que cubría su cabello de olor pesado, hundo mi cara en él y la trato de aspirar, pero el pañuelo huele a guardado. Se quema lentamente mientras lo observo con fijeza estúpida. Leo lo que escribió en el único libro que me regaló, el libro del cual no creo poder deshacerme; leo lo que escribió y que firmó con su boca, en un beso que debería alcanzarme a través del tiempo, pero ese beso se ha desvanecido. El libro se quema lentamente mientras lo observo con fijeza estúpida.

Amamos a quien amamos no por el futuro que esperamos construir sino por el pasado que deseamos recobrar. Te amé no por el futuro que esperaba construir con vos sino por el pasado que deseaba recobrar. Me hubiera gustado recobrarlo para saber qué es lo que buscaba. ¿Qué era ese pasado? ¿Quién eras vos? ¿Quién soy? La frontera entre el mundo y yo mismo se me ha vuelto indistinguible, porque estoy hecho pedazos, pedazos que están esparcidos por doquier y que se extrañan porque no pueden reunirse. ¿Cuál era tu nombre? ¿Cuál es tu verdadero nombre en todas mis realidades, en el imperecedero registro del tiempo?

El alma y la bandera

Hermano, entra. Sécate, toma esta ropa vieja pero seca. Ésa es mi cama, ahí dormirás. No digas nada. Es tarde, es la hora de que duermas. Llora hermano, si tienes que hacerlo, yo lloraré contigo y te limpiaré las heridas. Acuéstate. No temas, yo velaré tu fiebre y tu sueño, yo secaré tu frente. Toma esta sopa tibia, este jugo fresco. Duerme.

Esta noche tendrá un fin, puede que no parezca, pero la mañana vendrá. Yo me iré contigo, estaré a tu lado, te recogeré si tropiezas y compartiremos las trincheras y el duro pan. Detendremos esta locura, el hombre ya no crucificará al hombre, dejará de sembrar esterilidad y nos salvaremos a nosotros mismos. Si morimos, otros llegarán a donde marchamos. Venceremos, hermano, venceremos.

15.2.06

simurg

y mi nombre
en tus brazos lo olvido
pierdo las formas y los colores
giro contigo en el aire
en nuestro abrazo poderoso
dejamos de existir
nos expandimos hacia el mundo
y no somos nada
y lo somos todo

piérdete en mí
que yo me diluiré en la corriente de tu sangre
córtate las venas
úntame en las paredes
dibuja tu autorretrato conmigo
y tu sangre

engañemos al tiempo
rompamos la correntada de arena
con fragmentos de eternidad
y de humo
y de carne
somos el último fuego
el que lo quema todo
y que no tiene lugar en este mundo

llora conmigo
duras lágrimas
mi brava doncella
esto que tenemos
está vedado a los mortales
pero lo tenemos
tal es el peso de nuestro hado y nuestra desgracia


nuestra es la aflicción de lo irreal
el precio
son nuestras breves y largas horas
que perduran por siempre
como las cicatrices
y tu nombre

al ojo en el cielo

qué te has hecho
vos y tus majaderías
vómito de ojos
pajarito mandón

(para usar dos anatemas cortazarianos)

cuando decidí dejar tus palabras
manchando este lugar

(hay que tener variedad)
desapareciste
me extraña
ya que vos
en tus palabras

lo sabés todo y lo ves todo
o sea
sos toda

sé que no te gustó
que no te diera bola
no es que lo vaya a hacer
pero te invito a volver
te incito a juzgarme
y a emitir opiniones sesgadas

es más
te propongo
hacete de un blog
o mostrame el existente
yo lo visitaré
y haré lo mismo por vos

qué te parece
abyecta y vacía máscara

(escrito escuchando a Alan Parsons)

mescalito

primero fue el miedo
lo fue por mucho tiempo
pero al fin lo combatí
era cuestión de levantarse
y empezar a hacerlo
con eso bastó
para que fuera derrotado

no tener miedo
me trajo a mi siguiente enemigo
la lucidez
sin miedo
lo podía ver todo
el entretejido detrás del tapiz
de causas y consecuencias
ver tales cosas
me hizo perezoso
pues la claridad ciega
creí que todo lo podía
pero una vez más luché
obligué a la lucidez a trazarme un camino
y fue vencida

tener una senda
y no temer
me hizo poderoso
el poder me embriagó
y lo descubrí como la próxima amenaza
es ardua la lucha contra el propio poder
contra ese enemigo con el que se comparte rostro
el que te maneja siendo una carga
tuve que desafiarlo
entender que no era mío en realidad
debí soportar las tentaciones
y aprender cuándo usarlo
para que me impulsara por mi camino

he encontrado mi último enemigo
y es el tiempo
podré ser fuerte
no tener miedo
y andar una senda
pero no tengo el tiempo
algún día vendrá mi final
este es el adversario que no podré vencer
apenas engañarlo
el tiempo es mi derrota
y mi lucha es estéril
porque ganar tal lucha no es permitido

pero yo sigo luchando
tal es mi destino
el destino que yo mismo he armado
y contra esta misma lucha
yo peleo
y vivo mi destino hasta el final

dos mujeres han habido en mi vida

la primera me hizo caer al mundo
mucho la he amado
por ella conocí a la muerte
cuando ella me dijo me moriría
descubrí lo que era el dolor

luego
por muchos años fue cruel conmigo
me hizo un esclavo sin voluntad
y dejé que el mundo me tratara como ella lo hacía

con la segunda volví a nacer
a la vida salvaje
hermosa y terrible
con ella
supe el manjar que es el amor
supe el cataclismo que es el amor
como la otra
ésta fue cruel
pero también despertó algo en mí
y por eso dejé de llorar y morder el polvo
me alcé para bartirme con ellas dos
salí victorioso
luego de matar mucho en mí

a la primera la veo a la cara
cada uno está en su lado
y nos queremos bien
la visito
y le beso el cabello fragante
la abrazo con cuidado
porque sus brazos están cansados y doloridos

a la segunda no la veo
es mejor así
pero vive en mí
en las marcas de mi piel
y en mi descuido
cuando en alguna tarde
no puedo evitar extrañar
una y otra cosa de ella

dos mujeres han habido en mi vida

14.2.06

satori

no hablo de pequeñas muertes
de besos o roces
ni de palabras o miradas
de gestas o promesas

es eso que no puede expresarse
o definirse
o entenderse

es eso que es
y nada más

mary jane

vos sí que sos buena
mi fiel y amada amante
te he abandonado por un tiempo
pero ahí estás
esperándome
y yo me iré con vos
algún día
y todo será bueno como antes
como tantas veces

sin título

brindemos con leche
rodemos piedras como pasatiempo
escribamos pergaminos
llenémoslos de secretos a voces
y cosas obvias
perdámoslos a propósito
en buses
y taxis piratas

seamos mendigos
pulcros y sensatos
repartamos monedas a los pobres de espíritu
hagamos fiestas
no invitemos a nadie
busquemos el aburrimiento y el tedio
como culebras que se muerden la cola
y miran las estrellas
creando nuevas constelaciones con el aliento

convirtamos a otros en heréticos
pero no lo seamos nosotros
sirvámosles flor de loto
y que beban del pozo de nuestra locura
una sola madre y muchos hijos

el último hit o el último hit

(Aclaro que yo no fui el mejor amante, ni el más maduro o el más centrado o el más experimentado; no fui el menos egoísta ni manejé las cosas de la mejor manera. Cometí graves errores, generalmente con mi bocota y una vez me aproveché de su torpeza.)

me usaste
como a un guante
y fuiste despiadada
con actos y palabras
y decir no me estaba vedado

fuiste infiel
algo que no me hubieras perdonado
(cuándo me perdonaste de verdad)
y te jactaste
no una vez

instauraste un ritual
de finales
y una comedia
en la que yo subía y bajaba cuestas
por tu perdón
por que me aceptaras de nuevo
fui el cuerpo de un ahogado
arrebatado y arrojado
por el agitado mar de tu ánimo inconstante

te ahogabas en plata que nada te costaba
pero sólo la mía era buena para gastar
cuando ocupabas
vivías conmigo
cuando no
a medianoche
con un par de bolsas

me cortaste
me clavaste los dientes en el brazo
no contuviste tus puños ni tus pies
poco podían herirme
más mucho me dolieron

me jodiste y bastante
me robaste
me quisiste despojar de lo que yo conquisté
(la venganza es un plato que sabe mejor frío)
por tus mentiras enfrenté a la ley y perdí
y fui feliz violando lo que antes consideré inviolable
por vos

nadie me ha humillado más
por nadie derramé lágrimas más ardientes
ni he desesperado
nadie como vos para sacar lo peor de mí
yo sangré por vos
y tu premio para mí era dejarte adorar

pero lo que no tiene sentido
lo que se me hace indescifrable

(siendo evidente)
y derrama el vaso de mi cólera
es que si vos estuvieras aquí
sentada en mi colchón a la par mía

yo estaría tentado

13.2.06

futura dedicatoria

este libro
no es para dedicárselo a cualquiera
está lleno de crueldades
tristeza
y un gran amor inútil
por lo que sólo puede ser dedicado a una persona

este libro es para vos
layla
con todo mi amor
y todo mi odio

(Dentro de no mucho, formaré un libro con todos los textos que se refieren a ella y que están repartidos entre mis dos hijos, éste y el fallecido.)

12.2.06

mato cantando

en estos días
mataría por un beso
mataría con un beso
ojalá tuviera a quien matar
la muerte es un beso fugaz
un beso como el beso de los huesos

mataría por que me maten
mataría por matar a alguien
matémonos
murámonos el uno al otro
y seamos felices en la muerte

renzokuken

exijo tu rendición
dejame ser victorioso sobre vos
dame el comienzo de las hostilidades
y las hecatombes perfectas

tengamos una guerra
en la que ganemos los dos
no me la pongás fácil
utilizá tus estrategias más bajas
porque yo soy fecundo en recursos
y definamos a revolcones
los términos de tu rendición

tratame con dureza
pero rogame las caricias
te haré quererme por las malas
dejate
dame la victoria
en nuestra batalla de silencios y fluidos

Escrito por Borges

  • Sobre Theodore Dreiser: La lectura de Balzac, de Spencer y de Huxley lo hizo concebir la existencia como un dramático pero insensato conflicto de vastas energías. (...) Creyó que dada la caótica índole del universo, toda satisfacción moral es imposible y que tenemos el deber de ser ricos o tratar de serlo.
  • Sobre Hemingway: Lo fundamental, para él, era justificarse ante la muerte con una tarea bien hecha.
  • Cita a Edward E. Cummings:

El rostro de Dios,
más brillante que una cuchara,
reúne la imagen de una sola palabra fatal,
hasta que mi vida,
que gustó del sol y de la luna,
se parece a algo que no ha sucedido.
Soy un collar en busca de un perro,
una jaula sin pájaro.

-Introducción a la literatura norteamericana-

nadia y nadie

hagamos esto
seamos cómplices
que esto sea una conspiración
no se la contés a nadie

dejate querer
y dame lo que nunca me han dado
yo te amaré
como si estuviera invicto

cometamos nuestros crímenes
con dolo y alevosía
en los jardines por donde nadie pasa
hablame siempre al oído
inventemos un código
exento de cursilerías
contémonos nuestras historias con gestos
sé sabrosa para mí
y seamos más allá del sexo

en la mañana antes de irme
te rozaré los dormidos labios con los míos

Confesión que no viene al caso

Han habido dos cosas en mi vida en las que he sido consistentemente esforzado y he dado todo lo que tenía que dar: en mi oficio de escritor y en mi amor por Layla. Hoy, dudo que lo segundo me pase de nuevo con alguien.

11.2.06

El día en que el asceta quiso ser cineasta

Para aprender a no pelarse el culo, hay que pelárselo. El plan parecía perfecto. Parecía.

Un error mío estuvo en el principio de todo lo que salió mal. Podría decir que fue por descuido, olvido, por tener la mente en demasiadas cosas a la vez; pero enfrentémoslo: fue simple negligencia. No solicité el cambio de día a tiempo. Me lo hubieran dado sin problema, lo creo, pero cuando me di cuenta, era tarde. Hice amagos de resolver la situación de la manera, digamos, correcta y de ahí no pasaron, de amagos. Vino la angustia, la definición de prioridades y finalmente una decisión que era obvia pero que debía ser tomada. Iba a faltar al brete para ir a filmar el corto. En otras circunstancias, tal falta no hubiera sido la gran cosa, sin embargo las circunstancias no eran favorables: faltar implicaba menos horas de brete irremediablemente y considerando los hechos de estar en temporada baja, el ser un novato y que mi desempeño no es muy brillante, significaba que la próxima semana podría trabajar un máximo de doce horas y ante tal perspectiva el pago inminente del alquiler se veía venir como una valla infranqueable. Mi mente poco habituada al doblez práctico empezó a carburar y luego de unos días, el maquiavélico plan estaba formado. A las cuatro de la mañana del día señalado para la filmación, iría a emergencias del Calderón, aduciría diarrea galopante y sería cómodamente incapacitado, de ahí bajaría volando a reunirme con los actores a las seis y a las siete estaríamos ya en locación y listos para filmar. Seis meses de un curso desordenado iban a tener su brillante clímax en la mañana del sábado: mi primera dirección audiovisual, con un guión basado en un idea original mía y modificado a mi gusto, con un diseño mío de tomas expresado en un brillante storyboard plasmado por el lápiz del bueno de Maurice, actores escogidos por mí personalmente y un equipo técnico algo limitado pero entusiasta. Ah, el dulce sabor de la pérdida de la virginidad...

Creer en la rapidez del sistema público de salud es ser iluso. Luego de un abominable día de trabajo que empezó a la abominable hora de las siete de la mañana, llegué a casa, dormité un poco, me relevanté y seguí recto a causa de la ansiedad hasta las cuatro de la mañana, luego de demasiadas vueltas inútiles en mi colchón a ras del piso. Fui al baño y vi mi cara brocheada de cansancio, estrés y mis infaltables ojeras y le di el visto bueno. Me puse el vestuario cuidadosamente escogido para parecer un enfermo descuidado: jacket, pantalón de buzo y chanclas. Repasé mentalmente el plan, formulado a partir de una anterior experiencia mía auténtica y el interrogatorio que le hice a Ezequiel, quien padeció en días pasado lo que yo debía aparentar. Salí de la casa y tomé mi primer taxi del día, rojo y medio. Llegué, puse mi ensayada cara de cansancio e inicié el trámite. La vez pasada duré como hora y media, más que todo por lo que duré retirando los medicamentos, pero hoy no los necesito, recordé.

Media hora para ser atendido. Ok, estaba considerado dentro del plan. Llegó el momento más difícil, la valoración. Dije, con adecuado tono, mi cuidadosamente preparado discurso. La chiquilla doctora, con apariencia de demostradora barata, pareció dudar, pero me esforcé en ser convincente y en responder adecuadamente a sus cuestionamientos (¿drogas? No, que va; ja, ja, ja.) Lo logré demasiado bien, a mi pesar. Medio litro de suero intravenoso administrado por espacio de una hora y ahí fue donde la chancha torció el rabo. Mi angustia creció y aunque el suero bajó más rápido de lo que esperaba, tuve que esperar dos horas para ser revalorado y recibir la salida. Ya había recibido media docena de llamadas de la gente involucrada a las que sólo pude balbucearles débiles excusas; yo sabía muy bien que, para mi vergüenza, mi tardanza era inexcusable, a pesar de haberles participado mi brillante plan. Luego de mi exitosa y fallida performance, imbuido en el ambiente de un servicio de emergencias en la madrugada y sus particularidades que no veo por qué relatar, logré salir con la incapacidad en la bolsa. Vuelo directo a la casa, otro taxi, otro rojo y medio; tuve que saltarme varios pasos del plan, entre ellos el que incluía ducharme. Llamé a los impacientes actores: contactados oportuna e inoportunamente por la producción, estaban ya en la locación, dejándome sin transporte y atrasándome más. Bus y un taxi más para un total de un tucán: dos horas después, llegué a locación.

Me recibieron desagradables pero previsibles acontecimientos. La pandilla Contentera estaba perdida en acción y así se quedaría por el resto del día, lo que significó tres miembros del equipo menos y lo peor, el tipo que yo había logrado derrotar en la lucha por asumir el control creativo, estaba ahora a cargo, con el equipo al hombro. Nada pude refutar y con la cabeza gacha, me hice cargo del sonido. Pude ver mi visión irse por el drenaje y como una a una iban saliendo mal las escenas. Pero me mordí la lengua, en medio de mi batalla por no dejar todo tirado e irme (Satanás, vení a cubrirme con tu sangre y me partís el culo a punta de pezuñazos.) Terminamos interiores, juntamos chunches y fuimos a filmar exteriores (deliberadamente omito detalles tediosos.) Ahí, el que usurpó legítimamente la dirección me la devolvió en un gesto que interpreto de cansancio. Todo estaba en mis manos y no sabía que hacer. Lograr la primera toma fue una ligera odisea en la que no estuvo ausente la tentación de salir corriendo. Pude sobreponerme a mi debilidad y gracias a la asesoría de Pedro, el único que sí sabía lo que estaba haciendo, seguimos adelante y finalmente aprendí a decir: cámara en posición, rueda cámara, rueda sonido y acción... corte y queda (o va de nuevo.) El sol molestaba como un sátiro hediondo a un mocoso; sucesivamente me pasé por el culo guión, storyboard, principios básicos de actuación, continuidad y demás; los otros, fatigados, no dudaron en ser cómplices. En dos tiros de plano y contraplano resolví trece escenas, filmamos detalles y sonido ambiente y me arreglé con Pedro y el actor principal para grabar los voiceovers el lunes en la mañana; todo como en hora y media. Lo único que queda pendiente es la edición, pero eso es parte de otra historia en la que la pandilla Contentera deberá meter mano, si es que tienen alguna decencia. El actor principal me tiró por la casa y anduve el resto del trecho cargando descuidadamente la cámara de al menos seis mil dólares. Llegué a casa y mi nuevo compañero de mi nueva casa, el hermanillo de Renton, me preguntó qué tal me había ido.

—Desastrosamente. Hoy me la pelé a lo grande.— dije y me dirigí a darme un muy necesitado y revitalizador baño.

(Durante el insípido partido de la Sele, examiné las tomas. Todo se puede arreglar en la edición. Será erróneo y poco artístico, pero al menos decente para una banda de primerizos.)

cer0

llegará un día
en que seremos saciados
llegará un día
en que nuestros cuencos no estarán vacíos
ya no cantaremos solos
vagando por las celdas desiertas
no nos cubrirán harapos
nuestra soledad ya no tallará muescas en la pared

el exilio se romperá en puñados de astillas filosas como uñas rotas
se nos clavarán en la piel
y podremos manchar de sangre las paredes
nuestra sangre
las paredes serán de pan mojado
caerán deshechas cuando nos hundamos en ellas
y salgamos al otro lado

caminaremos desnudos
por las viejas calles de piedra
ya no seremos prisioneros
de antiguas aflicciones
y continuos infortunios
ya no seremos prisioneros
el uno del otro
podremos enamorarnos
seremos confortados
nuestros trabajos serán remunerados
ya no estaremos solos
ni siquiera en la muerte
porque estaremos juntos

calzaremos perfectamente
cóncavo y convexo
el uno en el otro
las dos piezas de un único mecanismo

10.2.06

el último sueño

hubo un tiempo
hace mucho tiempo
en que yo contemplaba
el cielo y el mar y el horizonte
como si fueran promesas

veía el mar ante mí
sabía que tenía que cruzarlo
el cielo era de gris pastoso
con olor amargo a sal
el mar
sabía que tenía que cruzarlo
y que no llegaría al otro lado
el mar era de gris pastoso
el agua sucia
la luz del sol era helada
como la que emana de un ojo ciego
sabía que no llegaría al otro lado
pero ya no podía quedarme en esa orilla

cruzar el mar pastoso de gris
intentarlo y no llegar
es lo que hacemos
lo que hacen los que son como yo
los que soy
lo que somos
me adentré
el agua sucia era densa
fría como un beso ingrato
nadé
nadé
nadé hasta que sentí que me tiraban de los músculos
rasgándolos de mí
arrancándolos de mis huesos
todas las promesas de dolor me fueron cumplidas

el agua de salobre amargura
me ensució por dentro
desde adentro
mi cuerpo doblado en un ángulo imposible
bajó en lenta espiral
el agua era fría
la tragué como si no pudiera tener suficiente
como si fuera un amor ingrato
sabía que tenía que cruzarlo
y que no llegaría al otro lado
el mar
el cielo
el horizonte

el lecho es de arena dura y helada
mi carne es arrancada en breves mordiscos
me pudro pacientemente en un gris pastoso
antes nadé
ahora duermo mi último sueño
aquí donde lo prometí

yo siempre cumplí mis promesas

9.2.06

Algo que por prudencia no debo hacerle saber

Hace tiempo, quisiste y casi lograste quitarme lo que yo me gané. Pero al cabo de un año y resto de humillante espera, tengo bajo el brazo lo que es legítimamente mío. Tus palabras iluminando la pantalla de mi celular un par de días después: sorry por el último mensaje, llegó en mal momento, espero estes bien, take care, your ex :), no pudieron dejar de parecerme una ironía. Si tan sólo supieras, tu odio afrentoso contra mí te volvería a ganar.

Pero el que ríe de último, ríe mejor.

7.2.06

Ejemplo de quijotada

Hay más gente que la pulsea y va tras su sueño:

en caso de emergencia use este discurso

vos y yo
no podemos ser
vos estás hecha para otro
yo estoy hecho para nadie

no tenemos un futuro
no podemos ser
yo no puedo correr a tu lado
mas yo corro a mi lado para anticiparme
y hay algo a lo que no renunciaré
algo tuyo

vamos a la cama
y te lo muestro
vamos a la cama
ese lugar
donde todos somos iguales
donde vos y yo somos iguales
y que el uno esté encima del otro
no es una barrera
sino una opción más

dame ese cuerpito rico
hagamos el amor
como si ya no hubiera futuro
como si fuéramos
largos amantes que se dicen adiós
yo
que no te puedo dar una vida
te daré todo lo que tengo
momentos de abismo
y muertes muchas

luego podrás irte
negar mi nombre
no saludarme en la calle
que yo sé bien
que siempre recordarás esto

(y a ésta)

tu epitafio

ya no te llamo
ya no te busco
ya no te quiero

te dejé
y me alegro
quitarme de encima
el cadáver exquisito
de tu amor enfermizo
fue una liberación
fueron mis manos
sacándome del hueco
de nosotros

podría decir
que me arrepiento del desperdicio
que fue quererte
abrirme
darte
inmolarme para vos
pero no
fue bueno
porque vos
y todos los múltiples dioses
de todas las vidas y todas las muertes
quisieron tumbarme
y no pudieron
y me hicieron hombre
lo único es que lástima
que fue con vos
y no con alguien
que valiera la pena

antes te amé
luego te maté
y me alegro
te escupo la cara
y bailo sobre tu tumba

yo no te llamo
yo no te busco
yo no te amo

4.2.06

otra

vení
improbable
dejame escupirte fuego en las entrañas
regalame una noche en un colchón anónimo
y discreto
no me digás tu nombre
ni recordés mi cara
guardame como un secreto abyecto
sólo permití que tu cuerpo se acuerde de mí
una que otra tarde

uno

soy feliz
porque soy pobre
porque no tengo dónde caer muerto
ando con una mano delante y otra por detrás
y hay gente que me mira por encima del hombro
consideran que eso me vuelve inferior
y yo sé que no es así

soy feliz
porque no tengo una boca que besar
porque me es difícil ser amado
y tengo poquísimos amigos
(pero excelentes)
pero yo puedo estar solo
y no sentirme incómodo o desesperado
cuántos pueden decir eso
siendo queridos por todos
que es lo mismo que no ser querido por nadie

soy feliz
porque soy sólo un hombre
y soy débil
y temo
y voy a morirme algún día
soy feliz
porque tengo una voz
me paro firme y sacudo el aire
y esta vida mía nadie más hubiera podido vivirla

¿Por qué no voy a votar?

En una oración: no hay una opción que represente mis intereses. Mi interés como ciudadano no es extraño: demando un gobierno eficiente. Quiero mejoras en la infraestructura que beneficien a todos los ticos, cuyo mejor ejemplo sería el arreglo de las calles. Quiero una optimización de los servicios de salud, con una atención pronta y de calidad. Quiero una reforma radical en el sistema educativo, para que deje de ser ese monstruo homogenizador de métodos coercitivos, que promueva las aptitudes y las habilidades individuales, que enseñe a aprender y que este aprendizaje sea algo ameno. Esto para mencionar apenas tres áreas en las que el estado costarricense con sus gobiernos sucesivos del partido orgánico de Costa Rica (PUSC-PLN) ha quedado en deuda.

Pero ninguno de los candidatos ofrece esto. Sus promesas de campaña, su supuesto plan de gobierno no es otra cosa que una estrategia más, una más de sus trampas atrapamoscas. Una regla de oro de la política indica que uno siempre puede desdecirse de sus compromisos anteriormente asumidos con los electores con la fácil razón de un cambio de opinión o aduciendo un error que puede cometer como ser humano que es. Todos los candidatos han servido en la administración pública y no han promovido un cambio o diferenciado de los demás políticos, quienes en el mejor de los casos simulan trabajar por el bienestar de quienes los eligieron pero nada más se muestran eficientes en llenarse los bolsillos y mostrarse petulantes por su pretendida superioridad ante el “populacho.”

Ninguno de los candidatos tiene la autoridad ética para gobernarnos y todos buscan el poder por sí mismo y para satisfacer sus ambiciones y las de los grupos que representan, que obviamente no son la mayoría. Óscar Arias ha orquestado su presidencia de una manera maquiavélica, con disimulados (y no tan disimulados) movimientos bajo la mesa y sin importar los medios, para conseguir los fines en su agenda oculta y la de aquellos que tiran de sus hilos. Desde hace años el terreno ha sido abonado, debilitando instituciones como el ICE y la CCSS para poder promover su venta o privatización aduciendo su ineficiencia, provocada con ese mismo fin. Cuando alguien quiere algo con tanta saña y se guía con la máxima de que cualquier recurso es justificable, nunca es algo bueno. Ottón Solís no es diferente de aquellos a quienes señala con el dedo llamándolos corruptos y su posición es de una hipocresía descarada, como lo sabe bien el pueblo de Pérez Zeledón. Otto Guevara es un inmoral por su propia definición, que dio hace algunos años respecto de la contribución estatal a los partidos políticos; al Movimiento Libertario no le parece incomodar el arrojar a la basura sus principios para lograr una mayor cuota de poder. Antonio Álvarez cree que cambiarse de partido es borrar con su pasado de militante en el PLN y con su responsabilidad sobre las irregularidades del mismo. Ricardo Toledo es digno de mención sólo porque ha sido un funcionario público que se ha mostrado sucesivamente inepto y a quienes los corruptos dueños del PUSC, Rafael Calderón y su escudero Miguel Rodríguez, le han permitido que sea candidato porque bien saben que la derrota de su partido es inevitable. El resto de candidatos es una camarilla de politiquillos con aspiraciones frustradas de ser peces gordos y a quienes no les queda otro remedio que escamotear las sobras que caen de la mesa de aquellos.

Me llama poderosamente la atención la presión que se ha ejercido hacia los abstencionistas para que acudan a la urnas, en todos los medios de comunicación, de manera solapada y también directa. Es una coacción descarada de la élite en el poder (que no es la que está en el gobierno, ocupado por sus testaferros) para que legalmente se les dé carta blanca para sus correrías. El mejor ejemplo es la campaña publicitaria del Tribunal Supremo de Elecciones, máximo títere para esto menesteres: “Si permite que otros elijan por usted, después no se queje.” O sea: Si el gobierno actúa de una manera reprochable, no tiene derecho a quejarse porque usted votó por ellos y si votó por otro partido, pues tuvo la oportunidad de elegir pero debe acatar la voluntad de la mayoría, así que tampoco se queje. Si no votó, pues usted no tiene vela en el entierro, mal ciudadano. Yo no votaré y he de quejarme cuando lo tenga que hacer. El abstencionismo es la vergüenza de los profesionales de la política, su terror y su peor enemigo porque es la pared que se alza entre ellos y el poder, si nadie los elige. ¡Cómo va a ser posible que no logren engatusar a este hato de tontos que somos los electores!

La democracia es una farsa, aquí y en todo el mundo. Es nada más una cortina de humo que utiliza la élite que gobierna para legitimar su dominio bajo el pretexto de que fueron elegidos y ejecutan la voluntad de la mayoría. Se supone que la democracia es el gobierno de esa mayoría, pero tal cosa no es así. ¿Acaso los políticos elegidos “democráticamente” velan por los intereses de la gente? Aquí vamos a las urnas cada cuatro años supuestamente a escoger a nuestros gobernantes y es todo lo que podemos elegir, ésa es toda la manifestación de la voluntad de la mayoría. Pero gobiernan unos y luego sus contrarios y las cosas siguen igual: yo aseguro que si los puestos públicos fueran heredados y/o repartidos a dedo (¿no es así, acaso?) nos gobernarían los mismos tipos que lo hacen ahora. La democracia suena muy hermosa en teoría, al igual que el comunismo, pero no es más que un instrumento que está estructurado para ser accesible para quienes ya poseen el poder económico para utilizarlo y es usado para perpetuar este statuo quo en el que la distribución de la riqueza es cada vez menos equitativa y los que están arriba se sostienen sobre las espaldas de aquellos que los honraron inmerecidamente con su voto.

Votar es legitimar un sistema que está corrompido. Lamentablemente no tengo una alternativa que sugerir, pero sé bien que el sistema que tenemos no funciona y requerimos de un cambio sumamente radical para lograr desarrollar una forma de gobierno que realmente funcione para todos de una manera justa, amigable con el medio ambiente; que realmente logre erradicar la miseria nuestra de todos los días, distribuyendo de una manera justa la inmensa riqueza que produce la humanidad y que alcanzaría de manera sobrada para asegurar un nivel de vida óptimo para todos los seres humanos.

Roa Bastos

"Lo que no puede hacer el hombre nadie más puede hacerlo."

"El hombre (...) tiene dos nacimientos. Uno al nacer, otro al morir... muere pero queda vivo en los otros, si ha sido cabal con el prójimo. Y si sabe olvidarse en vida de sí mismo, la tierra come su cuerpo pero no su recuerdo."

"El hombre (...) es como un río. Tiene barranca y orilla. Nace y desemboca en otros ríos. Alguna utilidad debe prestar. Mal río es el que muere en un estero."

"Nada hunde más a un hombre que una mujer cuando lo tiene agarrado no por el sexo sino por el alma."

"Alguna salida debe haber en este monstruoso contrasentido del hombre crucificado por el hombre. Porque de lo contrario sería el caso de pensar que la raza humana está maldita para siempre, que esto es el infierno y que no podemos esperar salvación."

"Pertenezco a una clase de gente para la cual no cuenta el futuro y cuya soledad no es más que su incapacidad de amar y de comprender, con la cara vuelta al pasado, a sus imágenes hechizadas de nostalgia."

-Hijo de hombre-

2.2.06

la maga

(Queridísima, te escribí esto y espero, honestamente, que no te guste.)

vómito de luz
todo lo que tiene la vida de bueno
la vastedad de un corazón que se contenta con sobras
que sólo quiere amar
amar hasta que ya no quede nada
hasta perder todos los sentidos
y la cordura
y la realidad

ella es eso
y yo les puedo contar una historia

un susurro más aterrador que un grito
un vacío que se devora a sí mismo
la más absoluta ruina
la negrura de las noches en las que uno
no tiene a nadie
no tiene nada
un licor amargo que uno bebe y bebe
y no embriaga
nunca se tiene lo suficiente

ella es eso
y yo les puedo contar una historia

Tarea para la niña Maga

Ah, señorina, como me costó juntar esta lista de hábitos que se pueden considerar raros. Parece que soy bastante "normal" y mis rarezas son más bien mentales, o es que uno considera que sus costumbres, por su misma esencia, no son extrañas. El punto es que tuve que pedir ayuda. Pero en fin, ahí van:

1) Suelo hablar solo (es de familia, del lado paterno, que son los locos.)

2) Los pedazos de pizza me los como al revés, empezando por el borde.

3) Puedo comer algo que se cayó al piso, pero no del plato de otra persona. También me irrita que agarren de mi comida o bebida.

4) Despertarme sin mi permiso es siempre un grave error.

5) Generalmente lavo el asiento de los excusados públicos, con agua y jabón, antes de proceder a un depósito.

*Bonus track: De vez en cuando, para limpiarme el intestino (según yo,) como arroz crudo.

Prueba superada, niña Maga (aquí en Tiquicia a las maestras de primaria les decimos niñas.) Como ya no tengo cinco amiguitos blogueros (sob, sob) será mi hermano del alma, Renton, el que saque la casta y se mande como los grandes. (Así que, güevón, tiene que postear 5 hábitos raros o se le cae la verga y se vuelve como Walter Mercado.)

mi destino y yo

alguna vez
ha tenido
un ligero vistazo
de su destino
ese destino que escogemos
y nos escoge

a veces me pasa
veo mi camino
armándose delante mío
y en él me arrojo de cabeza
hoy me pasó
me impactó su fulgor
y vagué atontado
por esta fea ciudad
antes de sentarme
y escribir esto

lo veo
lo quiero
y será mío

invitación y proclama

vengan y gócenme
demonios
claves
cifras

tómenme como
un vaso de ira
una puta rabiosa
una especie de luz
un hombre acostado sobre la hierba

corro a través de las paredes
por los árboles y sus copas
en un frenesí
beso con la frente el suelo
de una manera violenta
y les muerdo los dedos a los acusadores

vientos
hínchenme
soy una vela rota
me abro paso
luchando con las bestias
que tienen mi misma cara

pronto vendré el día
en que compartiré de nuevo mi cama
me entregaré
y de nuevo lo daré todo

excepto eso

1.2.06

la ley apesta

heme aquí
prófugo de una ley
que nunca me ha defendido

la ley le sirve
a quién pueda pagarla
y quien la paga
la hace a su antojo
dónde ha estado la ley
cuando la he necesitado
cuando infames han empuñado la calumnia
y clamado por mi rodilla en tierra
mi cabeza gacha
mi consenso en mi humillación
yo sé bien dónde estaba
dónde está

atrás mío

(los dioses bendigan mi nombre extraño)

jaque perpetuo

nos quisimos tanto
sólo para caernos mal ahora
y aún llevo tu sangre en mis venas

sos lo que nunca pudo ser
el improbable tajo
que probablemente nunca sanará

ah, layla

Diálogo que pudo acontecer

Ella:

—Nadie te va a amar como yo te he amado.—

Yo:

—Pues no es éso lo que busco. Yo busco amar a alguien como nunca he amado a nadie.—