27.1.06

axioma terrestre

No hay nada más difícil en este mundo que hacer lo que a uno le da la gana.

Σ

vos has sido la más devota de mis amantes
ninguna más agradecida
ninguna me ha dado más

pero hay veces
que uno toma las cosas por sentado
la costumbre me llevó al error
y te perdí

han sido días de indecible angustia
olvidé el buen dormir
el apetito
hubieron noches de sudores y vueltas
dolores nada inmerecidos
la desazón como una estaca clavada en la garganta

otros me aseguraron tu pérdida
pero has vuelto
y lo mejor de todo
es que yo
y nadie más que yo
te trajo de vuelta

las noches blancas

schatz
en noches como ésta
mi boca se estallaba en la tuya
jugabas con ésta
y yo te chupaba hasta partirme los labios

después nos revolvíamos
el otro con el uno
yo te contenía
era tu madriguera
mi zurda entre tu escote
tus manos alrededor de ella
y te acariciaba el pelo
hasta que te quedabas dormida
mientras yo pensaba en lo dichoso que era

nuestras noches siempre fueron buenas
fueron los días los que se cagaron en todo

24.1.06

La última mano


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A la memoria de Abelard Sims

Voy a morir. Me empezó en la rodilla, un día que estaba mejengueando me traqueó rarísimo y me comenzó a doler. Me revisaron, tenía un tumor. Me tuvieron que cortar la pierna y darme quimioterapia, se me cayó el pelo y vomité mucho. Berny me decía que fumara marihuana, que eso aliviaba todos los efectos secundarios de la quimio. Yo no quise. Lo hubiera hecho. El tumor me hizo metástasis y pronto lo tuve en los pulmones y pronto en la espina. Los dolores me empezaron a despertar por todo el cuerpo y se hacían más ácidos; ahí fue cuando me dijeron que me voy a morir. Me dieron morfina y no me acuerdo de esos días, pero ya ni eso me deja medio dormir: el dolor me conserva despierto pero atontado; el dolor es un eco, un reflejo de lo que sería si no tuviera la morfina. Me muevo como un molusco torpe y pegajoso, pero me mantengo atento, incluso puedo oír las conversaciones preocupadas que se dan fuera de mi cuarto.

Mis amigos me sacaban cuando no estaba tan mal. Me llevaban a pasear y a las casas de ellos, una vez tomamos cerveza y yo me emborraché en mi silla de ruedas. Hace tiempo no la uso, hace tiempo estoy varado aquí como un barco herrumbrado, hediondo de mortandad y de húmedo. En la casa de Berny fue que vi el video. Seal, ése es el nombre. Significa foca, debe ser por la piel negra y lustrosa que tiene. Prayer for the dying, así se llama la pieza. En el video sale Seal en un cuarto blanco, parece un ave negra en medio de un charco de leche. Mis amigos me regalaron el disco. Yo me la sé y la traduje, quería aprender a tocarla en guitarra pero ya estaba débil.

Hace tiempo decidí cuál era mi última voluntad. Quiero ver cantar a Seal, quiero verlo cantar Prayer for the dying. Mis papás lo tomaron en serio y han mandado cartas, hablado con gente del gobierno y llamado al agente de Seal, pero no hay éxito. Le contaron mi historia y no le piden que nos lleve allá sino que él venga y me visite. No lo logran localizar, está de gira o de vacaciones, no se sabe. Yo les digo que quiero que me cante mi canción. Sólo eso, no quiero su autógrafo ni que me de plata, de qué me van a servir, yo sólo quiero que Seal me cante mi canción y luego morirme. Porque sí, ya quiero morirme y me merezco el cielo por todo lo que me ha dolido. O la nada, como dice Berny, cuando le conté de que tenía miedo de irme al infierno por haber maldecido tanto durante esto. Pero es tan jodido.

Parece que no va a venir y ya ésta es mi última noche. Por la mañana me sentí extrañamente bien, pero ya por la tarde los dolores se volvieron insoportables. Tuve que gritar porque ya no aguantaba y mis papás y mis hermanos ya no se ocultaban para llorar. Vino el doctor y les dijo que hoy me muero, no lo oí pero lo sé, porque empezaron a llegar carros y vinieron mis tíos y mis primos y mis abuelas; vino Berny y otros amigos y compañeros del cole. Creo que ya es de noche, porque parece que me dormí agotado. Ya apenas si siento algo, lo que no deja de ser bueno. Me siento seco y el aire es como espeso porque todo se ve borroso. Ya me voy, lo cual no deja de ser bueno. Viví pocos años y hay muchas cosas que no conocí, lugares que no visité. A veces pienso que hubiera sido bueno haber hecho el amor. Pero eso no importa ahora.

Algo pasa. Vino otro carro y hay mucha bulla afuera. La puerta de mi cuarto está abierta y lo oigo todo, la puerta abierta es como un rectángulo de luz. Mamá vino y me está diciendo algo que no entiendo. En el rectángulo de luz habían varias personas que forman una sola masa, pero se han apartado y veo una sola silueta que se me hace familiar. La silueta se acerca. Es Seal, ha venido. Lleva una gabardina de cuero muy bonita. Lo veo y es tan hermoso y tan feo. Se ha sentado en la cama, me ha hablado pero no le entiendo, me toma de las manos y las de él están tibias. Me está cantando mi canción, Prayer for the diying, la oración por los que mueren. Está llorando mientras me canta y las lágrimas en su cara brillan y se ven tan hermosas. Me estoy yendo; gracias, Seal, yo sabía que vos ibas a venir y me ibas a cantar mi canción, vos ibas a ser la mano que me iba a abrir la puerta. No quisiera irme, pero al menos él me sostiene la mano y me canta, me lleva para el otro lado.

23.1.06

proposición

1. f. Der. Delito consistente en la invitación que hace a otras personas quien ha resuelto cometer una acción delictiva, para que participen en ella.

trozo
perfume
tesoro
todo esto sos del cielo
y te propongo un trato

no hablemos
veámonos en rincones ocultos
detrás de las puertas
nada hay que decir
que nuestras bocas hablen
pero no palabras
sino ese antiguo lenguaje
de tu lengua hundida en mi garganta

vení por mis noches
te brincás la tapia
o te metés por la ventana
(yo la dejaré abierta)
colate en mi cama como un pernicioso sueño
dejame cumplirte mis promesas
con las manos
con los dientes
con esto que te toca
no hablemos
que sean tu piel y la mía
las que se enfrasquen en una discusión
violentamente dulce

dame tu olvido
acordate de mí
sólo de vez en cuando
yo viviré otras vidas
pero si me recordás
yo te recordaré
cuando volvás a mí
como las cosas crueles
y cuando pensés en mí
distraída
no me tengas piedad

yo me escurriré a la montaña
por donde nadie pasa
y tallaré tu nombre
y el mío
en un musgoso tronco
no muy cerca ni muy lejos
el uno del otro

espécimen #83

carezco de esencia
no soy nada
soy una hoja en blanco
un lienzo vacío
un montón de arcilla tirado en un rincón

sólo cuando me pierdo
dentro de alguien
me encuentro a mí mismo

chupo
absorbo
me convierto en lo que es
aquella en que me pierdo
hoy soy algo
mañana soy lo opuesto
depende de quien me tenga
depende de quien está

y a pesar de lo que es
lo prefiero a estar solo
que es cuando
carezco de esencia
no soy nada
soy una hoja en blanco
un lienzo vacío
un montón de arcilla tirado en un rincón
y lo que no es
qué valor puede tener

es mejor ser cualquier cosa

Vivo en el Quartier latin

Quería ver el mundo y terminé siendo un indigente en una patria extraña que no tiene compasión y no hay nadie de quien pueda esperar alguna ayuda. El mío es un cuartucho que le alquilo a una vieja loca que vive con gatos en un amplio segundo piso y que por dicha sólo se aparece a cobrar el alquiler mientras sostiene largos diálogos con el gato de turno que trae abrazado. El lugar parece que fue una bodega estrecha, está construido en una madera vieja constantemente mascada por los insectos. Contra una pared está mi mullido colchón de paja, rodeado de mis cuadernos y algunas ediciones baratas de autores franceses. En una silla está mi escasa ropa, junto al estropeado sartén eléctrico que utilizo para cocinar. El paisaje lo completan varias botellas de vino vacías en un rincón.

Trabajo pintando casas, botando escombros y el hurto no me ha sido extraño. Traté de seguir el consejo de Cornell y encontrar trabajo en un restaurante para no padecer hambre, sin embargo, un treintañero sin experiencia tiene poca oportunidad aquí en la cuna de la gastronomía occidental. Bebo en exceso. Hay vino barato y yo me aturdo para no sentir mi miseria. Bebo con franceses pobres, locos, alcohólicos y de vez cuando con putas a las que no logro engatusar y a veces alterno con ecuatorianos, para aliviar un poco la nostalgia por mi tierra. Estoy atrapado sin remedio: juntar el dinero para volver en mis condiciones es una tarea propia de semidioses y yo soy sólo un hombre. De por sí, allá no me espera nada ni nadie y lo mismo que hago aquí lo haría allá y para caer muerto en cualquier caño no se necesita estar en la patria de uno.

Ayer en la tarde vagaba por las orillas del Sena, respirando el aire veraniego sin remedio, luego de una ardua semana sin trabajo. Encontré a uno de los ecuatorianos que me invitó a acompañarlo a él y otros a beber. Fuimos al apartamento que comparte con otros seis tipos, dos mujeres y unos chiquillos. Nos encerramos en una de las dos habitaciones y entre cuatro vaciamos varias botellas de vino de ingrato sabor. Me encontraba especialmente susceptible ese día, tardé en emborracharme pero cuando lo logré lo hice a lo grande. Quedé atontado, recostado contra la pared y escuchándolos hablar trivialidades. Al anochecer, pedí más vino y me dijeron que se había acabado y eso me provocó una explosión de rabia. Me levanté torpemente, agarré las botellas vacías y las estrellé contra la pared una a una, gritando:

—¡Maldita sea esta vida de mierda, esta existencia de basura! ¡Me cago en Francia, en este vino asqueroso y en ustedes, hijos de la gran puta! ¡¿De qué me sirvió venirme acá?! ¡¿Para darme cuenta de que el mundo es un estercolero y nosotros las moscas que se alimentan de la mierda?! ¡Me cago y me recago y tiro la mierda contra todos ustedes, montón de payasos! ¡Muéranse, muéranse malditos! ¡Y yo soy el peor, el peor hijo de mi puta madre de todos! ¡Grandísimo idiota! ¡Estoy harto de esta picha!—

Holga decir que me cargaron a la salida y dudo de otra invitación. Consecuentes, me arrojaron a un callejón atestado de basura, lo cual no fue inconveniente para pasar la noche ahí.

Son las siete de la mañana y amanecí con el pantalón chorreado de excremento líquido. La cabeza me late en conjunto con el corazón y cada latido es un latigazo de dolor ácido que me baja a la lengua con una terrible sensación de asco. En las ventanas me veo exactamente como me siento. Apago mi sed en una fuente, la gente se me aparta asqueada y un par de gendarmes no me ven con cara amistosa. Tengo que apurarme. Me lavo la cara, el agua helada es una serie de cachetadas que me hacen verme en la superficie vacilante del estanque artificial. Leo lo que está escrito en mis ojos reventados en sangre a causa de las vomitadas:

—Estoy arruinando mi vida.—

22.1.06

lust for life

quién necesita razones
quién necesita excusas
para pararse alto
y escupirle al mundo
para correr por las calles
cargando lo robado
y por las tardes escurrirse en camas ajenas
y profanar todos los sacramentos

no necesito explicar
que mis acciones
van más allá de lo razonable
mis palabras son sombras
que me revolotean alrededor
y hay miseria
y desesperación
y crujir de dientes
pero eso no es todo
es parte
no todo
está el éxtasis
tomar lo que se quiere
sin permiso
o perdón
tomar a la vida por el pelo
y gozarla
en un rincón cladestino
sin condón
darle como pago una bofetada
y reírse en su cara

ella se vengará
y será terrible
pero ese día no llega aún
todavía aguanta más afrentas
así le he de pagar
en cuotas
por mi final
que cuando llegue
será porque fue anhelado
y será muy bienvenido
porque el camino a él será largo
pero yo me he abierto paso
y como llegue así me iré
quien no tuvo más amo que su oscuro corazón
no tiene nada de que arrepentirse
y es mejor quemarse que desvanecerse

Entrega a domicilio (Diálogo platónico)

¡Upe, señora!

(Se abre la puerta.)

Buenas, señor. ¿Qué se le ofrece?

Ah, vengo a derramármele adentro, señora.

Ah, cómo no, pase usted.

(Silencio breve.)

¿Aquí está bien, señor?

Claro.

Bueno, aquí está mi culo, sírvase.

(Intento deliberado.)

Señora, ¿está bien así, de medio lado?

Sí, sí.

(Veinte minutos después.)

—Ah, señor, muchas gracias, ¿cuándo pasa otra vez?

Seguro la próxima semana.

Bueno, que Dios lo acompañe.

Igualmente, señora, que pase buena tarde.

(Suspiro. Se cierra la puerta.)

conmemoro la muerte de mi otro yo

había una vez
otro yo
era un poco
como soy ahora
era como la promesa
de lo que soy
y por un tiempo fue bueno

pero algo pasó
algo desagradable
y aunque no era su culpa
tenía que morir
lo maté sin miramientos
hoy es apenas un nombre sin nada atrás

otro yo
esto que soy ahora es mi homenaje a vos
reina tranquilo sobre todos mis muertos
que tu existencia no fue en vano
y sos recordado
My nigger from Inglewood!

Epifanía en un bar

El infierno es un lugar donde uno ya no se puede levantar para seguir peleando.

(Mae, si usted le da click aquí abajo donde dice NADA, puede poner un comentario. Si quiere.)

pasaporte

cargo el revólver
lo llevo a mi sien
jalo el gatillo
el escupitajo de plomo me cruza el cerebro
como una idea inoportuna
sangro profusamente
vuelco la cabeza sobre el cuaderno
la sangre chorrea sobre las virginales hojas
y engendra monstruosos artificios

los perros siguen ladrando
pronto han de parar
lo sé
he de continuar
este camino que sólo yo puedo andar
a veces
sólo a veces
vuelvo la mirada atrás

juguemos serpientes y escaleras

(la última línea la escribí en la Villa, viejo amigo
al igual que el siguiente post
y usted fue testigo)

20.1.06

encargo

usa tu belleza mórbida como una vara
y azótame
vamos
excítame
hazlo

ámame
desdéñame
trátame como si no me quisieras
sé insidosa y cruel
como cuando nos revolcamos en el jardín
por donde nadie pasa
oblígame a esforzarme
a sentir que te pierdo
y que no puedo alcanzarte

(de vez en cuando
ténme piedad
y dame un beso breve)

crónica del manco

mis delirios
árboles de largas raíces
mangles que escupen sal por las hojas
y sus raíces sorbiendo mis noches de sangre

ya de vos no queda nada
y el dolor

camino la montaña
me arrojo desnudo
al agua helada
deseo arder de frío
secarme por el frío
matarme los nervios
dejar de sentir

ya de vos no queda nada
y el dolor

cojo y vomito
un desvarío de boca en boca
un desvalido cruel
fuerte en las penumbras
rompiendo ventanas con las manos
clavando lanzas en los patios
sintiendo todo el peso de tu ausencia
de un extremo mi cabeza y del otro una piedra
(indistinguibles)
el río de ancho abrazo aguardando

ya de vos no queda nada
y el dolor

Manifiesto al ritmo de la carne quemada

Ésta es nuestra oscuridad. Las cosas no están bien pero se podrían poner mucho peor. Es esa tentación de empezar a quemarlo todo, hablar a gritos, soltar el Cancerbero de nuestra cólera, nuestra ira y nuestra rabia; arreglar tantos asuntos inconclusos, inconclusos de nuestra venganza.

Forcemos nuestras vidas a pedazos y tirémoslos a un estercolero, recitando versos de Frost en voz alta; hagamos una pira y roguemos por el fuego, llevemos las cabezas cortadas
, eso sí. Nos darán la chispa adecuada y agradeceremos las flamas que se levantarán en un remolino como de tristeza, furia y desesperanza, pegajoso y necio. No sabremos su origen, pero demos gracias que no lo podemos señalar con el dedo y aplastarlo con el pie: juguemos, juguemos con el fuego y quemémonos, ardamos hasta la ubicuidad.

¿Sos vos, águila hermosa, tus garras clavadas en mi aorta?

¿Sos vos, madre, y todos nuestros asuntos sin concluir?

¿Serán todas las luces rojas en la calle, que nos apuntan con veredictos y nosotros con oídos majaderos que se empeñan en prestar atención?

¿Será nuestro descomunal defecto, esa voluntad lánguida, esa pereza que nos pasa la factura?

Siempre hemos luchado con nosotros mismos. ¿Adivinen quiénes ganarán? No importa quienes: igual ganaremos y saldremos perdiendo.

escrito entre servilletas y vómito

ya no de vos no queda más que tu nombre
schatz
y el dolor

son las larvas de tu rencor
y mi despecho
enterradas en mi torso
cebándose en mis negras entrañas

es el sabor de tu carne
arrebatado de mi boca
y mis noches hierven

ya de vos no queda nada
schatz
y todo el dolor que me diste

te dejé
corté por lo sano
me rebané en muchos pedazos
abjurando de la única felicidad que he conocido

esta derrota de ausencia
es larga como los besos que me dabas
cuando me querías
largos besos que estiraban las horas
abrazándote
tenía algo de eternidad en un instante
encerrada en mi mano

ya de vos no queda nada
más que tu nombre
schatz
una tristeza que no se acaba
y el eco de unas palabras
que nadie más que vos
me ha dicho

l'homme des étoiles

soy el que cayó de las estrellas
este polvo que me forma
esta materia que es mi carne
era carne de galaxias
galaxias que nacieron
y se extinguieron
en un sordo rumor en el inmenso vacío
los trozos de cadáveres estelares
cayeron como confetti a la tierra

heme aquí
esta carne que antes surcaba
el espacio ardiente
ahora arde mientras surca
la triste y breve realidad
de este mundo mundano

muera yo con la tierra
que el sol nos devore
con su enorme hocico de supernova
y vuelva yo a mi hogar
allá a lo alto
al regazo de Nut
al vacío
y a mis hermanas las estrellas

14.1.06

Lima, 2099

En el año 2099, en Lima, se podrán conseguir las famosas y desechables Baberes, un espécimen híbrido de mujer y babosa: es un ser sin huesos, compuesto principalmente por fluido y una capa superpuesta de membranas. Tiene la forma de una mujer voluptuosa, pero sin ningún tipo de rasgo en su piel (que se puede pedir en cualquier color) y únicamente tres orificios en su superficie: tres simulacros de vagina, recto y boca (equipada con lengua de movimiento reflejo-programado.) Las Baberes son buscadas ávidamente primero que todo por estar siempre cubiertas de un abundante moco que es muy agradable al tacto corporal del usuario, incluso se habla de sus propiedades terapeúticas. Pero la principal razón por la que son tan ampliamente demandas es oir el hecho de que las Baberes se licúan lentamente al contacto del semen o cualquier otra solución salina como el sudor, lo que provoca en el usuario un paroxismo sexual.

Su precio será accesible para la mayoría de la población terrícola; habrán también modelos con características especiales o extras para las altas castas. Además, para los de gusto diverso habrán también Bambres y especies particulares de animales.

13.1.06

Bajo las mismas estrellas, redux

El primer humano alza su mirada y contempla la noche estrellada, refulgente en la total oscuridad del principio del tiempo. Se duerme y sueña.

El último hombre mira las mismas estrellas que su antepasado, rodeado de las sombras del final de la historia. Se acuesta a dormir y tiene el mismo sueño que aquél.

Algo viejo

La hoja de acero le arrancaba bocados al suelo, formando una madriguera que iba a ser eterna. Apremié mi labor: aunque mis músculos acusaban ya cansancio extremo, los forcé a continuar, antes de verme rodeado por sombras. Clavé la pala en la montaña de tierra removida, empapé mi camisa con el sudor de mi torso desnudo, busqué la botella y le di dos besos. Resoplando, salí del hueco y caminé hasta donde él estaba, tirado boca abajo, lleno de zacate seco y polvo. Lo pateé en las costillas, para verificar si la cuchillada había surtido efecto y después de escupirle, lo agarré de un pie y lo llevé a su morada sin nombre. Al borde de ésta, de un brazo y una pierna, lo alcé y lo arrojé al sitio que le prometí. Cayó boca arriba, tenía los ojos abiertos. Antes de enterrarlo, le destrocé la cara a palazos, porque aún había soberbia en su mirada.

despierto

oigo las voces enredadas en la montaña
como lenguas heladas se me untan en la piel
vos has sido la única
schatz
la única que me dijo
eso que no me han dicho
nadie
nunca

me has dejado
hemofílico
sos un tajo que sigue sangrando
y no mata
mi sangre cubre el piso
todo está roto y baila a mi alrededor

12.1.06

Bajo las mismas estrellas (Versión extendida)

El último hombre mira las estrellas y murmura:

No quiero morir.

No soportó más el estar bajo tierra, a pesar de que el aire era igual de ralo en el exterior. Era de noche, noche diáfana y callada. Las estrellas eran sumamente visibles y su luz volvía todo lo que tocaba en algo azulado y frío.

El hombre agoniza. Por largo tiempo resistió, combatió lo inevitable en una lucha absurda por mantenerse vivo, pero ya había cruzado el punto donde sabía que iba a morir y no había nada que pudiera hacer para evitarlo.

No es justo.

Sabía que moriría esa misma noche. Por la mañana se había sentido inusualmente mejor, lo cual no dejaba de ser extraño en una larga y perezosa agonía que no parecía admitir mejoría. Luego supo que había sido apenas una tregua antes del asalto final. Los dolores volvieron en tropel y con lo último de sus energías se arrojó a la noche, dejando su guarida por última vez.

Es muy pronto. Tanto quedó por hacer.—

Se acostó en el musgoso y humedamente frío piso de concreto. Miró las estrellas como nunca las había visto, con sus ojos de irresolvible condenado.

Ahí han estado desde que se alzó el primero de nosotros y ahí seguirán después de que yo me vaya.—

Pensó en el primer humano, en la primera noche del primer humano que tal vez había sido parecida a ésta, diáfana y muda y a la vez tan distinta. Pensó que ese ser vio las mismas estrellas y no pudo imaginar su asombro. Seguramente lo habían fascinado, quizá de alguna manera supo que las estrellas durarían más que toda su descendencia, aunque ésta sumara más que la suma de todos los granos de arena de todos los mares. La humanidad siempre lo supo y ahora el último hombre lo comprobaba. Quiso desear seguir viviendo y quiso pensar que si lo deseaba con suficiente convicción algo podría pasar, algo bueno. Pero ya estaba muy cansado.

—Sólo hay algo que quiero.

Intentó una mueca de risa al preguntarse por qué desvariaba en voz alta y se consoló al calificarlo de un privilegio de moribundos. Los ojos se le velaron y el sueño lo permeó como un humo espeso. Se durmió y antes de morir, soñó. Tuvo el mismo sueño que su remotísimo antepasado, aquél que el primer ser humano tuvo en su primera noche y sus estrellas.

11.1.06

negado renacer

schatz
ese corazón que te latía
hermoso y afilado
exótico vidrio hermoso y afilado
yo lo tomé
con mis manos desnudas
y lo estrujé
las ávidas astillas me han desgraciado las manos
y ahora todo lo que toco se vuelve pedazos

tu recuerdo es una ponzoña
una sombra ingrata
que me cubre y me niega
me llena de emociones amargas e inservibles
no hay remedio
nada que resolver
ni uno ni lo otro
sino languidecer
hasta que mueran mis manos
mueran las astillas de tu corazón
y muera yo
para poder finalmente renacer de nuevo

Reporte desde la móvil área

Estos son los días en que yo me vuelvo creyente y rezo por un cataclismo. Que se invierta el eje de la tierra, que nos impacten fragmentos humeantes de planetas cabalgados por ángeles de una sola ala, lo que sea. En estos últimos eneros me he ido en huecos, huecos que comparten una causa, de viscosa oscuridad, de horizontalidad. Son duros de sacudir, como resina en la piel; las realidades y horas se trastocan, cierro los ojos y han pasado dos horas. Siempre he vivido al borde de esta dimensión, pero en esta época parece que sí la abandono, me resbalo en otra como en un caparazón, como en un guindo donde uno se despeña violenta y dulcemente. Cuando salgo soy como un naúfrago que logra llegar a tierra. La luz me quema la frágil piel y empiezo a correr hasta que mi aliento sale a borbotones y tengo que empujarme el aire con las manos, metérmelo en las vías respiratorias; reaprendo a hablar, a no maravillarme con la existencia de un mundo allá afuera, fuera de las paredes de vidrio ahumado. En las superficies reflejantes veré el rostro de un veterano de guerras privadas, rostro de exconvicto, estafador reincidente. Casi siempre he estado del otro lado, me lo cantan las voces que revolotean invitadas por el silencio, el silencio para el cual no hay repelentes y apenas hay filtros. Me corto la mano bajo la lluvia, riendo a carcajadas, el timón gira a la libre en un buque repleto de cadáveres, los mástiles arden sin quemarse en el fuego de San Telmo. Alguien me advirtió que yo no padecería estos episodios; ese alguien claramente estaba equivocado.

9.1.06

qué si qué

el guitarrista de deep purple
atravesó con la mano el parlante
me la hundió en el pecho
y tocó guitarra
con mis coronarias

la güila de goldfrapp
estaba a la par mía
y me metía la lengua en el oído
y me acariciaba suavemente
como algo delicado y perverso

esta vara está buena

sexy beast

fui hecho para la vida sensual
la voluptuosidad
todos los placeres de la carne
cerdo del rebaño de epicuro

yo predico
el valor del ocio
la utilidad del vicio
tal es mi tarea
para la que fui predispuesto
y he escogido

extravío mis sentidos
reniego del trabajo duro y sin sentido
de la enfermedad
y el hastío
quiero juego
quiero banquetes
y sexo
y vino
y la caña arómatica
mía es la risa histérica
el azote que calma
el llanto catártico
el orgasmo largamente contenido

soy un hedonista
un tardío romano
ara voluptia
soy un bacante
apasionado por las historias
y las peleas
me pierdo
me busco
y me encuentro
en la realidad que se dobla

enciendo mi pipa
me apresto a comer
(aplausos para el hombre perro)
y mi hermano me ha dejado una birra
reposando helada
pinta bien
hoy tendré suerte
y no dormiré solo

salud

mentira

mi amor es una flama
podés meter la mano
tenerla ahí un instante
pero no podés mantenerla ahí por mucho

y sacás la mano
desfigurada
inválida de agonía
una quemada del peor grado
la cicatriz quedará
y el remanente del dolor

nadie puede aguantar mi amor
intentalo si querés
ámame
y desespera

8.1.06

Leído en La vorágine

El hombre de talento debe ser como la muerte que no reconoce categorías.

José Eustasio Rivera

sexus

me busco a mí mismo
¿no me han encontrado?

lucho conmigo mismo
¿alguien me ha vencido?

me pierdo en mí mismo
¿a quién más he perdido?

7.1.06

madre tierra

schatz
tu nombre está escrito
entre dos palabras
siempre
jamás

ella volvió

Oso negro. Oso pardo. Grizzly. Apenas si puedo mantener los ojos abiertos y difusos como las sombras de las voces de lo gringos. La batería me late en el pecho, veo los corceles de acero correr hacia la puesta de sol, hay suspiros en mis oídos, voces de sirenas que me acarician los oídos en su viaje hasta mis adentros donde se funden en tibio abrazo con lo más privado de mi mente. Me arde el pecho de cólera, las paredes de mi casa están cubiertas de grandes y oscuras polillas, de las que anuncian mal agüero, aparece el pasado como un hombre con cuchillos en vez de piernas, caminando por el zaguán y haciéndose pedazos al chocar contra algo. Qué tostazón. Mi neuronas se evaporan y apenas si puedo realizar las funciones básicas para sobrevivir y obviamente escribir se volvió imposible hace rato, perdido en esta selva de tremendos verdes, de raíces que abrazan como brazos femeninos, palmeras salvajes, sanguijuelas del delirio saltan por doquier, me drenan de raciocinio, tengo orgasmos de cuerpo entero, ahogado en un caldo tibio, de cálida penumbra. La cerveza helada lavando la garganta de los rastros de carne asada, parece que floto en el aire, dulcemente, que pateo en el aire a los rostros anhelados y anhelantes. Lo que puedo hacer es exprimir los puños y sacar este zumo de palabras.

canto a mí mismo

es tan fácil
si lo intentás

escalar una roca
y desde la cumbre
señalar con el dedo
y juzgar a los otros
arrojándoles condenas
acertarles en medio de las cejas
es tan fácil
conocer sólo un lado
y decidir por los otros
tatuarles etiquetas en la espalda
y ufanarse
y reírse sin nunca dar la cara
saberlo todo
es cuestión de intentarlo

hacelo, hacelo
aquí abajito

6.1.06

Para los visitantes indeseados

Están empezando a volverse incómodos.

A usted, señora, se lo expliqué clara y decentemente desde la primera vez, pero parece que hay que hablarle de mala manera para que entienda. ¡Qué mal! Pero todo indica que ya captó, ojalá termine de entender. Pero si así lo desea, siga usando el nombre que le di y continúe aullándole a la luna, allá de quien le ponga atención. Tal vez sería mejor que le enseñe a su vástago mejores cosas que esa esquizofrenia de estar delgada. ¿Cuál es la próxima lección? ¿Vomitar para mantener la línea?

Al ojo del cielo, ¿quién putas lo metió? ¿Qué es? ¿Que no sabe que no hay que meterse entre dos personas que tuvieron algo? Váyase para la mierda, ande a predicar sus habladas de horóscopo a otro lado; puede ser en un parque, encima de un poyo y sermoneando a las palomas. Yo lo veo todo y lo sé todo: andá cagá. Ojalá tuviera su culo al alcance de mi pie.

Esto es lo último que diré al respecto, no quiero convertir este blog en un muestrario de enredos de telenovela. Aquí son nongratos. Si pudiera evitar que anduvieran por aquí, lo haría, pero en fin: sigan posando sus indeseables ojos sobre mis palabras, yo sé que la cuerda no les va a durar mucho. No se molesten en dejar sus desvaríos manchando mis posts, se irán más rápido de lo que puedan decir Suprimir comentario.

5.1.06

metafísica

la base de esta filosofía
es la desesperación

existimos porque sí
no hay razón
ni objetivo
sino un juego de probalidades
y simplemente
nos tocó

llegamos
y la vida ofrece tanto
y da tan poco
podemos escoger las ligerezas
pero lo esencial está escrito ya en nuestros huesos

por qué seguir
es la pregunta
por qué no una eutanasia generalizada
una renuncia masiva a la vida
por qué no
nadie lleva la cuenta
nada espera más allá de la muerte
más que la ansiada nada
para qué perseverar en algo
que no tiene sentido
que es absurdo

por qué
por qué no

él

está sentado ahí

no me ve
pero me agrede
no me habla
pero me viola
es como si tuviera sus manos
sus tenazas
en mi garganta
y no lo soporto

él se extiende
a través de la habitación
y me hace sentir enfermo
es un vómito de ojos
esparcido por las paredes

no me habla
no me ve
sólo está sentado ahí
no existe
pero me castiga

El peruanito que no era aseado (Disfruta la vida)

Había una vez un peruanito que no era ni aseado ni hacendoso. Resulta que era descendiente de la nobleza inca, o sea, descendiente de inútiles; no por incas sino por nobles. Realizar tareas como lavar el baño o mantener la cocina limpia eran impensables para él. Yo sí hago esas cosas y otras, porque desgraciadamente estoy acostumbrado a no vivir como un animal. Desafortunadamente, por azares del destino, vivíamos en la misma casa de cuartos de alquiler. Le pedí que ayudara, luego le reclamé que ayudara y él argumentó que eso era algo que había que dialogar y que lo iba discutir con el huevos tibios del casero. Me sorprendió que no tomara en cuenta todas las veces que yo lo había lavado, que eran la absoluta mayoría. Así que le di dos opciones: A, él lavaba el baño o B, yo lo hacía lavarlo. Le di un día de tiempo.

El peruanito no pareció comprender que yo le hablaba en serio. El día pasó y el baño seguía sucio. Tuve que pasar por la pena de arrastrarlo al baño, tirarle la parafernalia requerida y gritarle hasta que puso manos a la obra. Después llegó el casero y la policía, en fin, una escena bochornosa. Al día siguiente me fui de la casa, todo se realizó de acuerdo a mi plan: mi partida estaba decidida desde hacía rato y toda la cuestión del baño fue una de dos lecciones que le di al peruanito. Tiempo después tuve el placer de encontrármelo en la calle y aunque corrió, le di alcance y le di la segunda lección.

Estoy seguro que ahora el peruanito realmente disfruta el estar vivo.

Patética

Te caíste pero horrible. No se cómo llegaste aquí y no me interesa. Aquí no has sido mencionada más que de pasada y no creás que cuando hablo de ELLA, de Layla, estoy hablando de vos. Ella fue epifánica, cataclísmica, un tajo que parte mi vida en un antes y después. Vos fuiste un sacaganas, un error que por dicha remedié pronto; ahora no sos más que una naúsea que ataca cada vez que te ponés a fastidiarme.

No te pongás sobre el altar sangriento a clamar que te inmolen, yo lo que prometí lo cumplí porque no te prometí un futuro o te mentí diciéndote que te amaba: ni uno ni lo otro, te ofrecí un momento de abismo y te lo di, vos lo tomaste. No es mi culpa que vieras lo que nadie y yo menos que nadie, veía.

Luego te aprovechaste de mí y mi debilidad, usando un recurso tan triste como las llamadas mudas de madrugada te enteraste de cosas que no te conciernen ni tenés derecho a saber y no sabés cuánto te desprecio por eso. Pero te jugué, te jalé los hilos y te toqué como una música fácil y ya te cantaste, qué fácil fue.

No se cómo llegaste aquí y no me interesa. No sos bienvenida, no volvás. Tu presencia aquí es indeseable. Se terminó, echále tierra y olvido y podés andar publicando que soy un patán y un hijueputa. Es más, si querés podés decir que te pegué, que te robé, que te contagié la clamidia y me escupiste la cara, etc, etc, etc. Yo diré que es cierto. Pero haceme el favor de desaparecerte.

Lo único que me duele es verme obligado a ensuciar este espacio sacro. Pero al fin y al cabo, sigue siendo literatura.

tengo que ir más lejos

camino sobre los filos
me estiro en estocadas
con o sin el humito
algo tengo que decir
registrar
tatuar sobre las pieles
y clavar en los cerebros
astillas
astillas que regalan la locura
y la voluptuosidad
la larga historia
el mundo
y todas ellas

este es mi oficio
el sacudidor
el profano
el adversario
he de errar
fatigar la tierra
y los mundos encuadernados
probar y padecer
y quedará
otros lo han de gozar
pero nadie como yo

nada más
tengo que ir más lejos

Exhortación

Este es un reino de ilusiones, de cristaloides, de infinitos espasmos. Lástima la ausencia de estados alterados, el abuso de los ecos y los ejes paralelos de realidades convexas y minuciosamente inútiles. Andá, levantate de entre los cadáveres de todos los que has estado antes que voz, sucios de jazz; veneradores del humo, los destilados, los manjares delicados como labios de doncella ruborosa. Levantate, sé bravo, sé grandioso: el corazón te lo clama y la sangre te lo reclama. Tu camino no está hecho, afortunadamente tendrás que ir a donde nadie ha ido nunca, esa tierra de azuladas cumbres, de aire fino y largas lenguas de fuego. Camina, la arena arde de deseos por ser pisoteada. Te esperan bocas y oídos, vaginas dichosas, laberintos, bosques vírgenes. Corre por las paredes, atravesalas como materia vil; encendete en fuego, quemate desnudo y lentamente al compás del sax. Has de conocer la dulzura de la canela, los improperios y los halagos desmedidos y falsos, oirás el remordimiento de lo que te tuvieron antes al lado y no te dieron lo que necesitabas. Perdete de este mundo, que tu casa sea esa región donde nada ni nadie te alcanza o llega, ese espacio que siempre será tuyo y donde siempre estarás a gusto, cómodo. Llegás y pedís las pantuflas y el periódico. La tierra es como el mar, el mar que siempre recomienza y que no tiene memoria. Has de esculpir, has de plasmar esa marca tuya de arpones cruzados en las mentes, en los pechos y ojalá en tu piel. Lo vas viendo, ¿cierto? Te hablo como un amigo porque lo soy, soy el que ha estado perennmente y a veces he sido el único amigo, amigo como los árboles discretos y los anillos en los cuerpos de las culebras, las víboras congeladas y ocultas bajo las piedras. Cruzarás ríos que te recordarán al mar, al oceáno que es tu hogar, tuyo será el martillo de las tormentas y lo usarás sin guante, para qué, que te queme la mano y te la deje inservible y que resucite y prolongue tu trabajo, este es tu trabajo, ser grito, ser maldito, volar como en sueños fugaces y recoger las tempestades fruto de la brisa enmielada que te sale de los pulmones, los mismos que ahora ansían el incienso que se las ha negado por los sucios manejos de ése que no debería fallar y para colmo se aprovecha. Pero no perdás de vista el fin último, ese que te jala a ese país habitado por pocos y ahí irás, quién puede evitarlo, hermano. Tocate el rostro, tocate el cuerpo, se siente bien, ¿verdad? Sólo puede haber uno y solamente ha habido uno y uno habrá. Nadie lo puede hacer más que vos, tirar los golpes así, cortar con las páginas, mojar el dedo en saliva y garabatear el aire seco de las casas demasiado viejas. Te he hablado a través de vos y vas a entender, esa es la gloria, el zumo, la tierra muy negra y húmeda como una vagina aprestándose para el coito. Hemos de alucinar el uno con el otro y nos encontraremos muchas veces más y ya ansío ese reencuentro, te vas a dar cuenta cómo uno se extraña y se necesita. Tenían razón las madres con su lista de prioridades, con su leche tibia saltando de los pezones y el olor a electricidad que traen los vientos, las brumas, los eclipses. Ya nos volveremos a revolver, así pasan las eras y los visitantes de otros lares. Crema, espesa crema, monolitos y agujeros, el tiempo perpendicular autoreferido y referente, lo vas viendo crecer. Vete, allá vas y allá llegarás, es algo que pasa como la corona que se forma cuando cae una gota, como la fricción de las placas Cocos y Caribe, así ha de ser. Yo feliz, vos feliz, todos felices.

4.1.06

7

una noche de éstas
diré tu nombre por última vez
en voz alta
estate atenta
allá en tu distancia
tal vez vuelvas a sentir
la sombra del último beso

leni

es ésta la cara de una criminal

no lo sé
no lo creo

quisiera romper el tiempo
poder mirarme en ese par de azules espejos
probar esos labios
que veo tan rojos a pesar de la distancia
el superior casi tan grueso como su hermano
besar ese pequeña hondonada
entre tu nariz y tu boca
regalarnos una noche
despertar y no hallarte
eso sí sería un recuerdo
de una mujer que fue más que la vida

Enero, 2006

Ya pasó.

Mi cubil debe de apestar a mí. Todo yo estoy untado en él, garabateado en las paredes, todas las partículas de materia en este lugar están imbuidas con mi esencia, mis sucesos grabados en el sutil éter de esta atmósfera. Sentado en mi silla destaratalada por el uso y abuso de posiciones corporales no acostumbradas para las sillas, he enfrentado el pequeño rectángulo blanco y vacío donde escribo las entradas de este blog con algo de angustia, por un momento me sentí afectado por ese pájaro fabuloso que es el bloqueo de los escritores, su sombra funesta sobre mí y yo, ay, sin ninguna Leonor para solucionarlo. Nevermore.

Pero las palabras han fluido y Leni vendrá en mi rescate pronto. El mes recientemente enterrado será recordado como el mes en que más he bebido, un mes de encuentros y desencuentros tan propios de mí. Sigo en la eterna búsqueda de respuestas, de lucha contra ese otro yo y su ejército de diablos y continúo teniendo la duda de cómo terminará todo. Sin hierba y sin mujer, qué mala combinación (excelente la contraria,) aburrido de masturbarme por necesidad fisiológica, ansioso de nuevas aventuras. Cada vez crece más la certudumbre de que tengo que ir a ver nuevos lugares y la duda de cómo putas lo voy a lograr siendo un honesto chonete. Quebrado como siempre, con planes a los que le haré la fuerza y ciertas tareas pendientes. Camino con el corazón deshecho debajo del brazo, sobreviví un cataclismo emocional y luego puedo presumir de haber sido vil. Los barcos del retorno son ceniza y mi noche triste está acabando, parece; ya vendrá el tiempo en que he de pastar en otras llanuras. En este momento no tengo ninguna particular atracción y no creo necesitarla, buen sexo sí. Lastimosamente, uno no puede tenerlo todo en la vida. Extraño la buena hierba y conseguirla ha sido toda una serie infructuosa de maniobras orquestales en la oscuridad, anhelo un dealer que se respete y me mantenga provisto. La realidad se encauza y pronto estaré corriendo de nuevo a mi lado para anticiparme, hay mucho qué hacer y creo que este año terminará mejor que el anterior, que con todo, no fue malo, arduo sí; será un hecho que terminaré más fuerte. Me apresto a un mes de vegetarianismo, una semana de verduras y frutas crudas y tres días de ayuno para limpiarme, sobre todo de diciembre y ojalá de ella. He juntado mis pedazos y me he armado, es extraño estar todo junto de nuevo y he de reaundar la marcha que se terminará el día que mi cadáver se hunda en el oceáno, donde prometí dormir mi último sueño. Estoy aburrido, algo hastiado y expectante, presto a la lucha y Dostoievski me espera y a él voy.

5

me corto con una astilla de espejo

pronto he de coger hasta reventarme los riñones

esta realidad será abandonada a la fuerza

humo la biblia hambre parafernalia

el veneno ha sido puesto y pronto otra morirá

3.1.06

El monólogo y el espejo

Aquí estoy. Sigo siendo lo que sea que soy. Soy feliz, estoy triste y furioso; todo a la vez y he empezado a creer que no existen tales estados por separado sino todos a la vez. El horizonte sigue nebuloso y camino un camino que saco de la nada y que no indica un destino, una línea de llegada. Vuelvo la cara buscando respuestas y sólo veo estelas en el mar. Toda la vida me he batido con mis oscuridades, con mi corazón que es tan débil y tan duro y apenas ahora logro pararme y lanzar golpes que por fin son amenazantes. He de pelear siempre y nunca he de encajar, tales son mis nuevos postulados. Mi historia seguirá siendo la del errante, el peregrino que nunca llega a su hogar. Pero puedo gritar, puedo hilvanar páginas infames; he ido desechando las viejas máscaras y el sol inmundo, de ahora en adelante, sólo verá mi verdadero rostro, aunque sea el de un monstruo. Sigo rastreando mis cóleras y mis lágrimas, sigo jalando lastres, esperando liberarme de éstos y encontrar los orígenes de aquéllas. Continúo con ausencias y carencias, continuaré siendo solitario sin estar solo, teniendo eternamente ese lado en el que nadie puede alcanzarme. Hablo y escupo, recuento mis actos: realmente no he sido tan bueno, ni tan listo, ni tan valeroso. Trato de definir mis fallos, empiezo a creer que siguen siendo los mismos y lo seguirán siendo. ¿Cómo arrojar una carga que estaba destinada, por nuestro pasado incontrolable y nuestros actos, a ser perpetuamente llevada? Todo esto es mentira, todo esto es la verdad, yo nunca miento pero hay cosas que nunca diré; soy complicado y simple. Pude ser mucho peor y aún lo puedo ser, lo que queda es pelear, pelear hasta el triste fin, porque lamento desilusionar con esto, pero no hay finales felices. Tal cosa es en sí una contradicción.

indestructible

te he combatir
indestructible
ya nada me frena la mano
me voy a pelear con tu remanente
con los brochazos dichosos
indestructibles
ya voy a botar tus sobras
indestructible

amarte fue una pérdida de tiempo
una pésima inversión
yo no te amaba a vos
amaba la promesa de vos
la promesa de vos en el mañana
nunca me quisiste
a quien uno quiere
no le hace lo que me hiciste
y si me amaste
qué manera la tuya
estás de veras fregada
indestructible

pero te he de luchar
te he de afrentar
todo lo que pueda
y más allá
aunque sea una guerra que pierda
y me mate
me liberaré de tu mal hábito
me descontaminaré de vos
aunque tenga que destruirme
me he de tragar tu sombra
tu cuerpo de tinieblas y sangre
rodaré ardiente trabado en feroz lid
con tu remanente
indestructible

tu recuerdo
antes sacro
se me ha vuelto odioso
y hemos iniciado un duelo a muerte
uno de los dos simplemente tiene que irse
dejar de ser
indestructible

Una vez más, catarsis

Debí haberte matado, maldita perra, no puedo evitar sentirlo. Fuiste minuciosamente cruel e impía: me robaste, me vejaste, me humillaste, me difamaste, me usaste. Yo era tu juguete preferido por épocas y nunca te mediste para la patada o el gargajo en la cara, ¿cuántas veces no me escupiste, me gritaste, me amenazaste, me dedicaste los más espurios insultos? ¿Cuántas no te me fuiste encima dispuesta a cortarme? Me arrepiento de no haberte soltado un manazo para que te quedaras quieta, para que entendieras que a mí no te me podías poner en mierdas así. No lo hice y me pasé de decente con vos, te jugué demasiado limpio. Vos siempre descarada: cuando te convenía porque estabas sin plata, así sí yo era tu "pareja," mientras me pudieras ordeñar e impartir órdenes y por supuesto tenerte bien culeada, de eso no te podés quejar, desgraciada; bien servida te tuve, cogiendo hasta que te cansabas y ya no más.

Hubiera sido ingrato con vos y no hubiera podido sacárteme de encima; hubiera sido cruel y te hubiera tenido comiendo de mi mano. Debí gritarte más y sin justificación, llamarte por los peores nombres: zorra, puta maldita, loca de mierda, imbécil, princesita inútil, basura junkie, buena para nada, idiota, patas sucias, estúpida, hedionda, comemierda, cara de verga, pedazo de porquería humana inestable, etc. Debí haberte demostrado en la práctica ese propósito mío de que a mí nadie me pone la mano encima y devolverte los zapatazos, a ver si hubieras salido tan ufana. No sabés cuánto escupo el día en que naciste y tu nombre y como pienso en vos cuando cago.

Debí haberte matado y pegarme un tiro y que nuestra historia desastrosa llegara a donde pertenecía, en la portada de La Extra.

nunca cogí café

nunca cogí café
mamá sí
y mi hermano
y mi hermana
y papá murió joven en la bananera

siendo un güila
cuando aún no aguantaba el canasto
yo jugaba en el cafetal
mientras los otros trabajaban
hasta quebrarse el espinazo
juré que apenas creciera
saldría corriendo de la finca
para nunca volver

robé al mandador
y huí
montado en su moto
y hubo guaro
y mujeres de olor fuerte
tomé todo lo que la plata puede dar
lo tomamos todo mi revólver y yo

un sábado en la capital
un carajo me agarró de la camisa
y me gritó que volviera al canasto
y a la finca
ahí quedó estirado sobre el polvo
me agarraron rápido
así llegué a San Lucas
no puedo decir que estoy orgulloso
de lo que he hecho
pero nunca cogí café
como mi mamá
y mi hermano
y mi hermana
y papá murió joven en la bananera

(Robado de I never picked cotton, de Cash)

espejismo

estoy en el desierto
con el veneno
de la reciente mordida
hirviendo en mis venas
mis ojos se me escurrieron de las órbitas
y ya no veo el mundo de donde vine

ruedo por la arena
como si jugara
pongo los pies en el cielo
y le ruego a las dunas por agua
la luz se ha revertido
y todo se ve como en un pésimo recuerdo
oigo los chillidos de los insectos
oigo sus pasos enfilados hacia mis aberturas
corono una duna
con un sonoro vómito
saltando desde mi nariz
bebo mi vómito
me mantendrá vivo
me acurruco desnudo entre las piedras
durante algo que parece ser la noche
mi piel es una costra
prisión de resecas vísceras
y menguantes fluidos

amanece
el aire es agua estancada
clavo afanoso
mis labios destrozados
en los brillos
en la arena
camino sobre el agua
el agua estancada
mi cuerpo se ha roto
veo sus pedazos dispersos
aquí y allá
veo la tromba venir
el viento que me raspará
al olvido
mi carne seca flota en el agua estancada
hoy muero
en una mordida
por un desierto

yo vine aquí
yo me hundí los dientes en el corazón
yo me di mi veneno