Es extraño. De alguna manera extraño mi vida anterior y estoy algo triste, me hacen un poco de falta las otras voces en mi cabeza. Me tambaleo y trastabilleo como feto mal abortado. Ayer morí y ya tengo un día de renacido; ayer fui destazado y hoy caigo al lecho como una bola de remiendos. La vida es tan nueva que duele respirarla, que se meta enrededa con el aire por las fosas nasales que se queman por la helazón. Acabo de terminar un affair con una mujer casada y esto precipitó la muerte que se veía venir de mi otro yo, se salvó su fantasma y quedará para la posteridad; pero le he quitado algo a unos cuantos, por lo menos un poco. Apenas si siento que puedo transcribir algo y un poema sería una hazaña a estas alturas, el que seguirá a esto es algo viejo, no tanto por los días que lo distancian de hoy sino por lo diferentes que fueron los días, o más bien las noches, hasta hace poco en esta cálida matriz, donde me conecto a las mentes de otros, formando todos una madame lujuriosa que se revuelca sola en su propio roce. Fui cruel pero sincero, la verdad fue brutal y dicha de una manera brutal. Se generó un veloz asesinato y pronto hundí con el dedo la muerte en mi máscara vieja, meses de edad y ya era vieja, un espacio íntimo tan cómodo; no como éste, algo frío y sensual como estar en la montaña por la noche. Apenas cayó el vacío cadáver de aquél y su breve lápida fue levantada, ya estaba formando esta nueva piel para este tipo (últimamente patán) y su complicada vida. Corté algunos nexos pero fue lo mejor, lo mejor para todos pero sobretodo más cómodo para mí. Estoy siendo inusualmente sincero pero algo oscuro a la vez. Creo que sé la razón. Apilé la matadora con unas migajas de Mary Jane, les di fuego y me he elevado un poco y veo con otros ojos esta Biblioteca de Babel y la tele gringa. Lo dedos se me soltaron y he logrado que mi voz resuene en este vacío. Será gatear de nuevo, caminar, correr, volar, nadar. Algún día lograré estrellarme contra la pantalla y permear el cuadro vacío, dejarlo impregnado de mi imagen y verlo lleno será como ver un espejo y no será inútil.
Ella sigue ahí, aún la pienso y la siento y hago cosas por ella. Aún te busco un nombre, Schatz, el que antes te daba ya no sirve y la herida que me inflingiste con tu existencia ha sido la más dulce que haya soñado algún héroe y me tocó a mí, a este descarriado, amore. Tardará otros ojos en venir, al fin solos de nuevo, al fin nos aprovecharemos uno del otro, este alter ego y yo y algún día de vos. Necesito otro nombre para mi hermano del alma, también. Podré ser totalmente franco otra vez y no habrá nadie que sea protegido aquí, ante la exposición que se hará de eventos, mente y literatura. Vendrán otros. Si uno lo hace, otros vendrán. He jugado el juego, conozco las reglas, las reglas que yo mismo armé y que he de seguir y doblar esta vez, pero no las he de romper.
